El Festival de Cannes cumplía 70 años, y Pedro Almodóvar, admirado incondicionalmente en el país vecino, aceptó presidir el jurado. Y por lo que dice la Prensa francesa, el palmarés final ha sido excelente, “una obra de arte”, decían en Le Monde.

Salvo la polémica, de poca importancia, entre Almodóvar y Will Smith por que el primero apoya que películas de Netflix no puedan concursar si no se estrenan antes en cines, los diez días de duro visionado de una veintena de películas ha ido muy bien.

Almodóvar se emocionó con una crónica sobre el SIDA

Ruben Östlund, el director de “The Square”, comedia satírica al estilo de “Toni Erdmann”, al subir a recibir la Palma de Oro, pegó un grito de alegría, siguiendo una tradición sueca.

Un premio que muchos creían que sería para la francesa “120 pulsaciones por minuto”, que recrea la lucha contra el SIDA en la Francia de Mitterrand, y que a Almodóvar emocionó mucho, ya que le recordó a amigos que se fueron para siempre por la enfermedad. Ésta ganó el segundo premio.

El palmarés ya dio muestras de lo que sería cuando dos películas, “Matanza del ciervo sagrado” de Giorgios Lanthimos y “You were never really here” de Lynne Ramsay ganaron ex aequo el Premio al Mejor Guión, por que parecían favoritas para la Palma de Oro.

Luego, la segunda ganó el de Mejor Actor para Joaquín Phoenix, el cual no esperaba el premio, por eso se excusó por ir en zapatillas deportivas con el smoking. Este cronista, viendo la ceremonia por televisión, se sorprendió al ver que Phoenix no experimentó la menor alegría en su rostro al oír su nombre, como si le despertaran de la siesta, y se alegró más cuando ya lo recibió en el escenario.

Parecía que Phoenix estaba todavía con el jetlag o seguía en esa línea de comportarse como uno de los personajes atormentados y tarados que tanto borda en cada película. Y en ésta encarna un personaje que recordará al de Robert De Niro en “Taxi Driver”.

Sí se alegró la alemana Diane Krüger, que por primera vez era protagonista en una película de su país natal, “Aus dem nicht” del turco-alemán Fatih Akin, denuncia de los estragos de los neonazis en la Alemania actual.

Lo agradeció demostrando su dominio de los idiomas, en inglés y francés.

Sofia Coppola, segunda mujer directora premiada

La paridad del jurado dio el Premio al Mejor Director a Sofia Coppola por su notable recreación de la novela que ya adaptó Don Siegel en “El seductor”, aquí llevando la trama al punto de vista femenino. La segunda vez que lo gana una mujer directora.

Al no poder estar presente, la cineasta Maren Ade leyó una carta de agradecimiento suya. Y Nicole Kidman, su protagonista, recibió un Premio Especial por el 70 aniversario del Festival. Tampoco estaba presente, y lo agradeció en un vídeo estilo YouTube.

También tuvo premio “Falta de amor” del ruso Andrei Zviaguintsev, dura y lúcida crónica de la Rusia de Putin corroída por el egoísmo y la crueldad, encarnada en un matrimonio al que abandona su hijo de 12 años. Una muestra de todas las películas proyectadas en la Sección Oficial, donde se ha visto lo peor de la especie humana sin concesiones.

Como siempre, algunos favoritos sin premio

No hubo premio para Michael Haneke después de la decepción de “Happy end”, pero sorprendió que no lo hubiera para François Ozon por “El amante doble”, que gustó mucho más. Hay varias películas que se quedaron sin premio, entre ellas las dos de Netflix que concursaban.