No hemos sido capaces de volver a escuchar Lust For Life sin ver a Renton corriendo calle abajo y nadie puede borrar de su mente el incidente de Begbie con el vaso o la desastrosa resaca de Spud en casa de sus suegros. Trainspotting fue el grito de una generación perdida que buscó su refugio en las drogas y la supervivencia en una sociedad sin oportunidades que desconfiaba de su juventud alocada.

Después de 20 años vuelven a gritar, puede que no tan fuerte, pero igual de acertados. Trainspotting 2, basada en el libro “Porno” de Irvine Welsh, nos vuelve a llevar de nuevo a Edimburgo, bajo la dirección de Danny Boyle, para mostrarnos la evolución, o desevolución de nuestra querida pandilla de siempre.

Era necesario un final para ellos, necesitábamos saber qué había hecho Renton con el dinero que robó a sus amigos de la infancia, dónde había puesto el tiempo a Sick Boy, necesitábamos verlos juntos de nuevo.

Ellos ya tienen los cuarenta, pero quieren vivir sus veinte otra vez, igual de atormentados, igual de impredecibles. Todo ha cambiado a su alrededor, el mundo ya no es el que que era, ni las drogas, ni la música, ni la gente. La historia vuelve a repetirse, vuelven a estar juntos y nosotros estamos deseando que vuelvan a correr calle abajo, pero ya no son unos chavales. En esta entrega vuelven a reunirse para limar viejas asperezas, para vengarse, para negociar y sobre todo, para recordar.

Manteniendo su estilo impecable, Danny Boyle nos lleva de la mano junto a ellos, siempre acompañados de una acertada y nostálgica banda sonora que nos sumerge en esa bonita desesperación, en ese agujero sucio al que nos gusta asomarnos y recordar. Recordar resulta sencillo también gracias a la inclusión y referencias a Trainspotting durante todo el film.

Juegan con nuestra nostalgia, con nuestros recuerdos y para qué engañarnos, nos encanta.

Tal vez le faltan el color y la electricidad de su precuela, pero Trainspotting 2 es, sin lugar a dudas, el final más correcto para esta historia. Como puntos positivos destacaría el poder rememorar las aventuras de unos personajes tan bien construidos y la brillante dirección de Boyle.

Como puntos negativos resaltaría las diferencias del film con el libro, que tal vez dejan en algunos momentos algo descolgada la trama, pero sabe sobreponerse. El guión está a la altura de la primera, tal vez con un lenguaje más maduro pero sin perder los arranques filosóficos a los que veníamos acostumbrados y manteniendo su especial perspectiva.

Trainspotting 2 es un regalo justo para los fans y un gran descubrimiento para los que se desvirguen con este experimento que nos acerca una vez más a una realidad cercana pero a la vez muda e incómoda.

El Cine que no deberías perdernos este 2017

Trainspotting dejó huella y ha regresado para repasarla