Chris Stevens, uno de los comisarios de la exposición en la que también colaboran el Metropolitan y el Pompidou, viajó a Los Ángeles para saber qué era lo que el propio David hockney quería transmitir a los visitantes a través de ella. La respuesta del de Bradford fue "un poco de alegría" y "una visión del mundo como la que él tiene".

Trece salas repletas de obras de su autoría, hacen justicia a la intención del pintor. Un homenaje a las formas geométricas, los paisajes de Yorkshire, la luz, las piscinas y las paredes acristaladas de las casas de Los Ángeles, que él ha acabado convirtiendo en parte de su iconografía.

La variedad temática y técnica es algo característico de sus cuadros, y quizá una de las razones por las que el público se siente tan atraído por una exposición que ha batido el récord de la Tate en la venta anticipada de entradas.

La primera sala es la única que no sigue un orden cronológico. En ella encontramos obras que tienen en común un cuestionamiento en el protocolo a la hora de crear Arte. Este planteamiento un cuanto rebelde, está influenciado por Picasso, ya que fue durante sus años como estudiante cuando Hockney pudo descubrir una nueva perspectiva gracias a la transgresora pintura del artista español. Este shock se refleja en cuadros como We two boys together clining (1961), clara propaganda al amor homosexual en una época nada fácil.

Más adelante aparece otra de sus obras más reconocidas, Peter getting out of Nick's pool (1966), donde Hockney retrata a su novio saliendo desnudo de una piscina. En ella abundan líneas rectas, figuras geométricas y reflejos creados por la luz del sol, algunos de los elementos que fascinaron al pintor en 1964, año en el que viajó a Los Ángeles por primera vez.

El comisario Stevens, explica que el hilo conductor de la exposición es "la reflexión del artista sobre cómo vemos el mundo y cómo el artista es capaz de capturarlo en dos dimensiones", aunque para algunos, estas creaciones suponen un icono de una lucha a favor de la libertad sexual, estética y económica tan presente durante los años 60.

David Hockney es uno de los pintores vivos más exitosos e innovadores, un hombre que a punto de cumplir los 80 años no pierde su sencillez ni tampoco su creatividad. Muestra de ello son las últimas salas de esta retrospectiva, donde se encuentran obras creadas recientemente con tabletas iPad.