Mitos y leyendas

Sicilia es la isla más grande del Mediterráneo, desde época muy antigua surgieron leyendas y mitos, su antiguo nombre era Trinacria (así es mencionada en la Divina Comedia por Dante Alighieri), una de estas leyendas proviene del período bizantino (nombre empleado para identificar el Imperio Romano de Oriente) y se refiere al origen del nombre de la isla.

Trinacria significa, tierra de tres promontorios, así era conocida desde la antigüedad. La leyenda narra que existía una bellísima princesa libanesa cuyo nombre era precisamente Sicilia; la predicción de un oráculo afirmó que al cumplir la joven quince años de edad, debía abandonar su tierra nativa sola y en un bote, de no cumplirse este mandato sería devorada por un terrible monstruo.

Para que no se cumpliese esta profecía, al cumplir la niña su quince aniversario, sus padres, destruidos por el dolor y llorando desconsolados, la colocaron en un pequeño bote y la confiaron a las olas.

Así la desventurada princesa quedó a merced de los elementos, al agotarse el tercer mes de navegación a la deriva y agotados los víveres y el agua que llevaba en su bote, Sicilia pensó que su destino se iba a cumplir y estaba segura que perecería en su infortunio. Lloró hasta el agotamiento e improvisamente, un viento favorable empujo la embarcación hasta una playa maravillosa, colmada de flores y frutos, aunque completamente desierta y solitaria.

La desesperanza volvió a apoderarse de la princesa, cuando apareció a su lado un hermoso joven que la reconfortó y le explicó que todos los habitantes anteriores habían sucumbido a una terrible epidemia y que el destino los había escogidos a ellos dos para reiniciar la nueva población de aquella isla que, en honor a la princesa se llamaría justamente Sicilia.

¿Cuál es el asidero histórico de esta leyenda?

El término Sicilia probablemente derive de la unión de dos términos antiguos: SIK y ELIA que indican el higo y el olivo, símbolos representativos de la fertilidad de la tierra siciliana.

Las referencias culturales de la leyenda, según los eruditos médicos y reconocidos folkloristas sicilianos, Salamone Marino y Giuseppe Pitré, reflejan una antigua fábula en la cual, Egesta, abandonada por su padre Ippotóo en un bote a la deriva, para que no pereciera de mano de un monstruo marino enviado por Neptuno, llegó a las costas sicilianas y casó con Crínisio (un dios fluvial), y procrearon dos hijos.