Tiene uno de los rostros más populares del Cine clásico más tardío, ese que no se encuentra en la época dorada de Hollywood pero que es anterior a los años 80, década mítica que para muchos separa un cine del otro, el antiguo del contemporáneo. Dick Van Dyke es uno de los representantes de ese limbo de películas a las que a pesar de no ser actuales, no se les pone mala cara.
Y es que su tarjeta de presentación contiene personajes tan entrañables como el deshollinador de Mary Poppins o el inventor de Chitty Chitty Bang Bang, dos cintas de la casa Disney imposibles de olvidar.
Bailaba, cantaba y caía muy bien. ¿Qué más se le podía pedir a la estrella masculina de las películas que el sello rodaba en acción real en aquel momento?
Su sonrisa y sus números musicales al lado de pingüinos animados, de compañeros deshollinadores en lo alto de las chimeneas o junto a Julie Andrews fueron un regalo para los espectadores que las vieron cuando el cine era el único lugar donde disfrutar de los largometrajes.
Pero una vez pasado el éxito de la cinta en la que, como inventor, convertía un viejo coche concebido para correr el Grand Prix en un vehículo mágico, la gran pantalla lo llevó a la pequeña y prácticamente la totalidad de su carrera se desarrollaría, a partir de entonces, en la Televisión, tanto en el show que llevó su nombre como en el de Carol Burnett, otra maestra de la comedia, o en la serie Diagnóstico asesinato, donde se convertía en un médico infalible a la hora de dar soluciones a los crímenes.
Van Dyke cumple 90 años en muy buena forma: tras participar en Noche en el museo, la famosa película con Ben Stiller, en la que daba vida al guarda de seguridad nocturno que le enseña a Stiller las pautas que debe seguir como nuevo ocupante del puesto, participa en la segunda parte de la cinta, también en el papel de Cecil.
Y tiene en postproducción, de cara a estrenarse en febrero del próximo año, la comedia Life is boring, donde interpretará a un hombre ya de 100 años. Aún le queda una década para alcanzarlos, pero todos queremos que llegue a ellos y si es posible, que los sobrepase.