A menudo sucede que una persona, después de haber tomado la decisión de convertirse en un vegetariana, descubre los beneficios de una alimentación más natural, a saber de una dieta vegetariana tendencialmente de alimentos crudos, porque "el objetivo de la alimentación es el de obtener de los alimentos los nutrientes para vivir "(Dr. G. Cocca).

Muchos estudios ahora demuestran que la fruta y la verdura en su forma más natural, es decir, que no están modificadas por el fuego o por los procesos industriales de conservación, son esenciales para la salud y para el bienestar, porque son alimentos "vivos", ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes en forma pura.

La cocción, de hecho, mata las enzimas y la mayoría de vitaminas y nutrientes. Pero en el caso de los tomates, el discurso es más amplio: no sólo comer tomates crudos, frescos, preferiblemente biológicos, permite al cuerpo (no utilizado en la eliminación de las toxinas generadas por la cocción) aprovechar al máximo sus propiedades, su contenido de vitamina C y de licopeno, un potente antioxidante, de fibras vegetales, de sodio y potasio; pero por el contrario, comerlos cocidos, puede ser perjudicial para la salud.

Según Norman Walker, un pionero de los alimentos crudos, comer tomates cocidos o los tomates en conserva, en el largo plazo, puede ser perjudicial, porque el ácido cítrico, el ácido málico y, en menor medida, el ácido oxálico contenidos en los tomates, con la cocción se vuelven inorgánicos, destructivos, y tienen efectos negativos en la salud, afirma de hecho que " las piedras en el riñón y en la vejiga son el resultado del consumo de tomates cocidos o en lata, o del jugo tratado especialmente cuando se toma junto a almidones y azúcares".

Es necesario precisar que estos tres ácidos contenidos en los tomates en su forma orgánica, no destruidos por la cocción, son muy importantes para las funciones fisiológicas del cuerpo. Norman Walker, en su best-seller "Los jugos frescos de frutas y verduras", dice que debemos evitar la acumulación de cristales de ácido oxálico en los riñones comiendo tomates cocidos, y evitar también las espinacas cocinadas.