En vídeos publicados en distintos medios se pueden ver miles de judíos hasídicos cantando, saltando y balanceándose juntos y apretados en gradas del complejo de la sinagoga Satmar Kiryas Joel en Brooklyn. Ninguno es visto usando una mascarilla. Menos, guardando distancia social.

Ocurrió hace dos semanas, mientras se celebraba la boda de Joel Teitelbaum, nieto del gran rabino de la comunidad de judíos residentes en Brooklyn Aaron Teitelbaum, en lo que se convirtió en una violación masiva de las regulaciones estatales contra el COVID-19 del estado de Nueva York en los Estados Unidos.

Miles de judíos reunidos y sin respetar las normas sanitarias en la celebración de una boda

Según The New York Post, la sala de la sinagoga (el templo de culto para los judíos) tiene capacidad para 7.000 personas y la boda se organizó en gran secreto y las invitaciones se cursaron de boca en boca para lograr evadir las disposiciones sanitarias de distanciamiento social relacionadas con el Coronavirus. El evento se conoció a partir de la publicación del periódico escrito en yiddish de la comunidad ‘Der Blatt’ después de la boda.

Esta desproporcionada fiesta se llevó a cabo en el barrio de Willimsburg de Brooklyn de la ciudad de Nueva York, un barrio y una comunidad de judíos ultraortodoxos que fueron conocidos gracias a una serie de Netflix que fue suceso a inicios de la pandemia: ‘Poco ortodoxa’, donde se visibiliza el particular estilo de vida de este colectivo religioso judío y sus costumbres.

La comunidad jasídica ultraortodoxa se conoció popularmente gracias a la serie de Netflix

El pasado 18 de noviembre, partes del Brooklyn pasaron de ‘zona roja’ a ‘zona amarilla’ dentro del sistema de categorización de infecciones COVID-19 del estado de Nueva York. Pero aún las zonas que no están categorizadas en estos momentos solo se pueden ocupar en un 50% de su espacio y las familias que no pertenezcan al mismo grupo de convivencia deben mantener una distancia mínima de 2 metros y usar mascarillas.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, se mostró tremendamente indignado por las acciones llevadas a cabo por los judíos al enterarse del evento y manifestó que ‘si eso ocurrió, fue un flagrante desprecio de la ley es ilegal y fue una falta de respeto’. Los preparativos para la celebración del matrimonio pese a las restricciones ya habían sido detectados por el Departamento de Salud del estado y la sinagoga había sido advertida fehacientemente a través de una nota entregada por el titular Howard Zucker.

Las invitaciones se cursaron en secreto y de boca en boca

Ahora, las autoridades prometen caer ‘con todo el peso de la ley’ sobre los organizadores y está promoviendo una investigación. No es la primera vez que este colectivo de judíos ultraortodoxos incumplen las normas sanitarias impuestas por los gobiernos de pertenencia y han logrado realizar fiestas clandestinas tanto en Nueva York como en Israel y Buenos Aires, donde estas comunidades son numerosas y ocupan barrios enteros.