El Gobierno de los Estados Unidos anunció en días recientes que organizará una reunión informal del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas para tratar la situación en Venezuela. Esta estrategia fue utilizada el año pasado con la intención de llevar la crisis del país sudamericano ante las Naciones Unidas.

Estados Unidos realiza la convocatoria

Nikki Haley, embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, advirtió que el encuentro se llevará a cabo el lunes próximo. Según la diplomática norteamericana, asistirán a la cita varios miembros de la sociedad civil de Venezuela, que se encuentran en la oposición.

El propósito es que los venezolanos asistentes compartan con el Consejo de Seguridad de esa organización internacional las experiencias de corrupción sistemática que se le atribuyen al presidente de Venezuela Nicolás Maduro y varios miembros del gobierno venezolano. También para que informen la forma como el régimen les quita los recursos al pueblo para mantenerse en el poder, “para seguir manteniendo su dictadura”, aseveró. Haley asegura que la corrupción en Venezuela ha llevado a ese pueblo a sufrir una de las más graves crisis humanitarias en una generación.

Una reunión de carácter extraoficial

Este encuentro extraoficial seguirá a una reunión de carácter oficial del Consejo de Seguridad de la ONU.

En esta se tratará de manera general el papel de la corrupción del gobierno de Venezuela como elemento desestabilizador y origen de los conflictos armados. El gobierno de la Casa Blanca ha sido duramente crítico contra las políticas de Nicolás Maduro y en el 2017 convocó una reunión informal sobre la situación en Venezuela.

El precedente del 2017

Esta convocatoria informal se llevó a cabo a pesar de la postura negligente de otros países acerca de incluir el tema la agenda oficial del Consejo de Seguridad de la ONU. En la ocasión previa, algunos países como Rusia, China y Bolivia se opusieron de manera férrea a la reunión. Estos países consideraron que el gobierno de Venezuela no representaba un peligro para la seguridad internacional y la paz mundial, por tanto el tema quedó fuera del mandato del Consejo.

El mismo argumento fue utilizado por esos y otros países para rechazar la reunión para tratar el caso de Nicaragua también propuesta por Estados Unidos. A pesar de contar con una amplia oposición, El gobierno de los Estados Unidos, país encargado de presidir el Consejo de Seguridad por este mes, decidió realizar la convocatoria de dicha reunión.