El padre Jorge Laplagne, sacerdote católico chileno, ha sido separado de sus funciones sacerdotales una vez que el arzobispado de Santiago diera inicio a una investigación por el delito de pederastia. Esta nueva acusación, se une al reciente caso del sacerdote Muñoz quien fuera detenido en días recientes por el mismo delito.

Laplagne, quien tenía bajo su cargo dos parroquias ubicadas en barrios residenciales de la capital chilena, ha sido acusado por el delito de abuso sexual. En esta oportunidad la víctima es un menor de 13 años de edad. La información se dio a conocer en un informe emitido por el arzobispado de Santiago el día viernes en horas de la noche.

Sin embargo, la notificación de los hechos fue recibida en esta instancia hace dos semanas.

El accionar de la iglesia

Ante esta situación, el Arzobispado de Chile ha girado instrucciones para que se dé inicio a una nueva investigación preliminar. Durante el lapso de 60 días, plazo que se estima dure el proceso de investigación, el sacerdote implicado será separado de sus funciones como párroco de Nuestra Señora de Luján y San Clemente. El clérigo, no podrá ejercer sus oficios ni realizar actos públicos como representante de la iglesia católica.

En el año 2010 el arzobispado había recibido denuncias contra Laplagne, y aunque se había realizado la investigación correspondiente, en esa oportunidad nunca se pudo comprobar los hechos denunciados.

Una aberrante seguidilla

Este nuevo caso sale a luz pública a pocas horas después de que fuera detenido el muy reconocido sacerdote y alto jerarca de la iglesia católica en Chile, Oscar Muñoz. Muñoz fue enviado a prisión por un tribunal de Rancagua, donde fuera acusado de abuso sexual y pederastia contra cinco menores.

En el mes de enero del año en curso, el padre Muñoz había asumido la comisión del delito de abuso sexual de menores ante las autoridades de la iglesia, luego de lo cual fue suspendido de su cargo.

No obstante, la Fiscalía de Chile obtuvo detalles del caso tras un allanamiento realizado recientemente en oficinas de la Iglesia.

El caso del sacerdote de Muñoz, representa un duro golpe para la iglesia católica de ese país, ya que el referido sacerdote ha ocupado cargos de alta jerarquía en el mundo eclesiástico, como lo es el puesto de canciller del Arzobispado de Santiago.

Mientras se realizan las pericias, Muñoz se encontrará bajo medida privativa de libertad.

Ya son cinco los obispos de Chile que han renunciado a su cargo, tras la crisis eclesiástica ante la cadena de escándalos sexuales y pederastia en los que se han visto envueltos muchos de sus sacerdotes en los últimos años en el país austral.