Cadena perpetua por el asesinato de 10 personas, y más de 30 intentos de homicidio mediante ataques con bomba e incendios intencionados, por atracos y pertenencia a una organización terrorista. Con esta dura sentencia concluyó ayer el juicio por el llamado caso NSU, una célula terrorista neonazi que, bajo el nombre de Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU, en sus siglas en alemán), atentó contra colectivos de origen extranjero en Alemania entre los años 2000 y 2007.
Beate Zschäpe, la única superviviente del trío terrorista, recibe así la pena más dura prevista por el Código Penal alemán.
La Audiencia Territorial de Múnich considera probada "una orientación ideológica y política" de Zschäpe que incluía "el uso de la violencia". Este trasfondo ideológico de los ataques de la NSU es considerado por los jueces un agravante que los ha llevado a aplicar la cadena perpetua contra la principal acusada.
Dos de los terroristas murieron
Uwe Mundlos y Uwe Böhnhartd fueron los otros dos integrantes del grupo terrorista. Junto con Beate Zschäpe, los tres militantes neonazis pasaron a finales del siglo pasado a la clandestinidad con el objetivo de iniciar una campaña violenta contra los extranjeros, que consideraban invasores de su país.
Durante más de una década, las autoridades alemanas no sólo no pudieron localizarlos, sino que tampoco encontraron indicios del terror neonazi generado por la NSU.
La policía incluso apuntó a la revancha entre clanes como hipótesis de los atentados ultraderechistas.
En 2011, tras un atraco fallido y rodeados por la policía, Uwe Mundlos y Uwe Böhnhartd aparecieron muertos cerca del piso donde el trío vivía en la ciudad de Zwickau. Según la versión policial, los terroristas se suicidaron.
Beate Zschäpe se entregó a las autoridades pocos días después de enviar cartas a diferentes medios reivindicando la autoría de los ataques.
Un juicio que duró cinco años por su complejidad
El juicio, que ha durado más de cinco años, también acaba con penas de entre dos años y medio y 10 años de prisión para cuatro hombres por colaboración con la organización terrorista.
Las investigaciones apuntan a que la célula muy probablemente contó con una red de apoyo social formada por cientos de personas que le permitió mantenerse en la clandestinidad durante tanto tiempo.
Aunque Alemania cuenta con un largo historial de violencia xenófoba, que ha dejado al menos 193 víctimas mortales desde el año 1990 (según cifras de la ONG Fundación Amadeu Antonio), el grupo NSU es el caso de terrorismo neonazi más importante y sistemático conocido hasta ahora en la historia de la República Federal. La sentencia hecha pública ayer se interpreta, por tanto, como una decisión judicial que quiere ser ejemplar.