Netflix ha sacado recientemente un documental en el que sale a la luz cómo en Estados Unidos muchos estudiantes se “piratean” el cerebro con sustancias que les ayudan a concentrarse para rendir el día de antes de un examen o una entrega.

Seguro que todos hemos oído hablar de este tipo de trampas alguna vez, ya que en España la centramina era muy frecuente antes de conocer sus peligros. En Estados Unidos, 30 años después de una gran crisis en cuanto a las drogas, se conoce perfectamente el riesgo que se corre al tomar anfetaminas, y aún así se implanta como meta de rendimiento perfecto en ciertos sectores.

Adderall: tráfico de drogas público en las universidades

El adderall es un medicamento que se receta a pacientes de asma o por trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Pero estas pastillas están pasando por las aulas de las universidades entre los estudiantes que quieren destacar por sus buenos resultados.

“Adderall e Instagram van de la mano de ser el estudiante perfecto: guapo, delgado, notas increíbles, pero además te apetece salir. Adderall lo cose todo para ti", explicaba una de las universitarias entrevistadas, tras contar cómo podía obtenerse fácilmente a través de grupos de Whatsapp o incluso foros de Facebook.

“Todo el mundo toma Adderall”, aseguraba otra. Y es que este potenciador de rendimiento hace que te sea sencillo llevarlo todo al día mientras llevas un estado anímico estable.

A pesar de que todos lo tomen, nadie habla de ello. No se habla de las recetas que se obtienen de forma sistemática. Ni de las recetas que no se piden cuando se pasan los botecitos unos a otros.

Drogarse con fines de rendimiento: moralmente aceptable en Estados Unidos

Abusar de esta droga es algo aparentemente endémico entre deportistas, estudiantes y en el mundo tecnológico o financiero.

Mucha gente piensa que si consigues pastillas de un doctor, son buenas; pero si las consigues en el parque, no lo son. En realidad, la capacidad de destrucción sobre el cuerpo y la mente de este tipo de drogas (de prescripción médica con base anfetamínica), es mucho mayor que muchas sustancias ilegales.

El doctor Anjan Chatterjee, presidente de neurología de la Universidad de Pennsylvania, observó que “cuando estaba en la universidad, la gente usaba las drogas para abstraerse; ahora la gente usa las drogas para concentrarse", y esta epidemia opioide está arrasando con la población estadounidense.