Parece que la tensión en Asia, concretamente entre Corea del Norte y Estados Unidos, no tuviese fin. Después de que hace unos días el mandatario estadounidense Donald Trump anunciase en su primer discurso frente a la Organización de las Naciones Unidas que destruiría "totalmente" a Corea del Norte si ésta continúa con su política de ensayos balísticos, el país asiático no se quedó de brazos cruzados: el ministro de relaciones exteriores norcoreano, Ri Zong Ho, calificó a las amenazas de Trump como "ladridos y sueños de perro", haciendo referencia a un viejo proverbio coreano; ésta expresión es usada para referirse a cosas o dichos sin sentido, absurdas.

Cuando le preguntaron por los dichos del presidente norteamericano, el ministro afirmó "sentir pena" por las personas que acompañan a Trump.

Más sanciones y respuestas contra Pyongyang

Después del más reciente ensayo balístico de Corea del Norte, cuando el pasado 14 de septiembre lanzó un misil que sobrevoló Japón para luego caer en el mar, Estados Unidos pidió "sanciones más severas" contra el régimen de Kim Jong-Un.

Por su parte, Corea del Norte había anunciado que si llegaba a ocurrir ésto, "Estados Unidos pagaría un precio muy alto". Entre éstas sanciones aplicadas al país asiático, se pueden encontrar la prohibición de exportaciones textiles y la restricción al suministro de petroleo y gas.

La ONU aceptó la propuesta de Estados Unidos de llevar a cabo éstas duras sanciones, que además contó con el apoyo de pesos pesados, como Rusia y China, hoy por hoy el aliado más firme con el que cuenta Corea de Norte. Hay que recordar además que hace un mes ésta misma organización había adoptado otra resolución que vetaba las exportaciones norcoreanas de carbón, marisco y hierro, debido al lanzamiento de un misil de medio alcance que había sobrevolado las costas de Japón, a mediados del mes de Agosto.

El Reino Unido, Italia y Francia, entre otras potencias, también avalaron ésta medida. Además, Estados Unidos simuló un bombardeo cerca de Corea del Norte, en conjunto con fuerzas armadas surcoreanas. Esto se dio tan solo un día después de que altos miembros políticos en Washington no descartaran una intervención militar para poner así fin a los ensayos balísticos y nucleares por parte de Corea del Norte.

El simulacro fue realizado más cerca de lo normal del paralelo 38, la histórica frontera que separa las dos Coreas desde la finalización de la guerra, allá por el año 1953. Claramente, la tensión en Asia está lejos de terminar.