Hasta antes de las elecciones presidenciales francesas de mayo, el FN (Frente Nacional) francés parecía invencible, imbatible, y hasta los sectores de valores republicanos más arraigados parecían ser seducidos por Marine Le Pen. Hasta que apareció Emmanuel Macron, que sedujo a todos con su carisma y la venció en la segunda vuelta.
A partir de ahí, el FN empezó una especie de caída libre, con apenas diez escaños en las legislativas de junio, y una cada vez menor presencia habitual en los medios. Macron, su carisma, su atípica esposa que le dobla la edad y luego el ascenso en popularidad de Jean-Luc Melenchon, el líder de izquierdas, les ha ido eclipsando.
Pero ha ocurrido algo que ha sorprendido a quienes creíamos que el FN era un partido unido y fuerte. Si hace poco el peculiar alcalde de Béziers, Robert Ménard, que gobierna gracias al apoyo del FN, cuestionó la continuidad de MLP como presidenta del partido después de haber fracasado en las elecciones presidenciales y legislativas (en estas últimas, la propia mujer de Ménard obtuvo escaño), ahora el mismo ha sufrido un inesperado abandono.
De 'número dos' a 'Vicepresidente sin Delegación'
Florian Phillippot, uno de los hombres fuertes del partido y muy poderoso, fue relevado del cargo de número dos y relegado a un cargo menor. David Rachline, otro de los miembros del FN más populares, ocupará su puesto.
Su caída ha sido muy compleja. Según el diario Le Monde, todo empezó cuando se negó a dejar la Presidencia de su grupo Les Patriotes, acusado de querer hacer y deshacer por su cuenta el FN. Se negó a ello, y MLP le relegó a “Vicepresidencia sin Delegación”. “Yo había visto evolucionar negativamente todo –declaró Phillippot–, sobre la refundación del FN propuesta por la Presidenta.
Yo no tenía mi lugar en aquello…” Y que “la actual estrategia del partido lo va a llevar a un bagaje electoral mucho más débil”. Varios de sus colaboradores en el FN, como Sophie Montel y Joffrey Bollée, dimitieron de sus puestos.
Phillippot es un personaje peculiar en la Política francesa. Llegó al FN en 2009 tras conocer a la actual presidenta.
En 2011, fue encargado de dirigir la campaña electoral del FN para las Presidenciales. Y fue uno de los que logró “desdiabolizar” la mala imagen de la extrema derecha en Francia, llegando a cotas altas, como tener varias alcaldías importantes y zonas de la Francia profunda votándoles con la devoción de un peregrino a Lourdes.
Homosexual en un partido con muchos homófobos
No obstante, su homosexualidad nunca reconocida le ha creado muchos problemas. Una revista le sorprendió en Viena en actitud cariñosa con otro hombre. Y esto no gustaba a Marion Maréchal-Le Pen, la famosa sobrina de la presidenta, furibunda detractora de ayudas al colectivo gay, que recientemente ha dejado la política después de sorprender, primero, con su embarazo y padre aún desconocido, a divorciarse de su marido después de apenas dos años de matrimonio y una hija de pocos años, bisnieta de Jean-Marie Le Pen, ahora enemistado con su hija Marine.
Ahora con Phillippot fuera del FN, no se sabe dónde acabará, pues su carrera política ha cambiado mucho desde que empezó. Empezó siendo gaullista (derecha moderada fundada por De Gaulle), algo que según él nunca ha abandonado pese a su ayuda incondicional a MLP, ayudándola a construir esos terribles discursos anti-inmigración y anti-UE que hasta hace poco la hacían parecer el nuevo Mesías.
Sus ex compañeros del FN se despachan a gusto contra él: “sectario”, “caprichoso”, “vanidoso” y otros parecidos. Louis Alliot, dirigente importante del FN, líder de la oposición municipal en Perpignan y actual pareja de la presidenta, es quien las ha pronunciado.