En medio de la escalada de tensión en la península coreana, el Kremlin pidió una solución "diplomática" a la cuestión norcoreana, que en los últimos días parece haberse convertido en una lucha de egos entre el presidente estadounidense y su par norcoreano.
Hace unos días, el presidente ruso declaró que la "histeria militar" puede llevar a Corea y al mundo a un desastre "sin precedentes"; hoy, su gobierno se mostró abiertamente preocupado por la creciente tensión en la península coreana, debido al ida y vuelta de respuestas y provocaciones entre Trump y Kim Jong-Un.
Un excelente ejemplo de esto es lo ocurrido en las últimas horas: después de que el norteamericano llamara al norcoreano "rocket man" ("hombre cohete", debido a sus constantes ensayos balísticos), el líder comunista lo tildó de "viejo gaga y desquiciado", al mismo tiempo que ambos se prometían mutua destrucción.
El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, anuncio que Moscú está profundamente preocupado por la escalada de tensiones en la península coreana, debido a las permanentes amenazas y chicanas que los líderes norcoreano y estadounidense. De esta manera, Moscú busca poner cierta cordura y calma en una crisis que, por el momento, parece no tener fin. Peskov también añadió que en su país están convencidos de que la única manera de resolver la cuestión norcoreana no es "ninguneando y amenazando al otro, sino a través de una solución política y diplomática".
El pasado viernes, Kim Jong-Un llamó a Donald Trump "viejo gaga y loco", y prometió que Estados Unidos pagaría muy caro por sus amenazas en contra de Corea del Norte. Recordemos que el líder estadounidense lo había llamado "hombre cohete", al mismo tiempo que amenazó al país asiático con una "destrucción total".
Tensión de larga data
Esta crisis entre Corea del Norte y la comunidad internacional, liderados por Estados Unidos, no es reciente, sino que ya se viene observando desde hace algunos años. Ésta se debe principalmente a las continuas pruebas de misiles y bombas que el régimen norcoreano realiza (6 en total, 4 de éstas bajo la férrea mirada del joven Kim Jong-Un), en especial la del pasado 3 de Septiembre, que se trataría de una bomba de Hidrógeno, una bomba extremadamente poderosa: la energía que necesita para su explosión es tan grande que solo se puede alcanzar con la detonación de una bomba atómica.
A pesar de las severas sanciones económicas que le han sido aplicadas por la ONU, las reiteradas amenazas del presidente norteamericano y el rechazo de la comunidad internacional, Corea del Norte está decidida a seguir adelante con sus ensayos balísticos y nucleares, afirmando que "es la única manera de que defender su soberanía nacional".