Tal como las informaciones noticiosas a nivel mundial han relatado, el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros ha iniciado un proceso constituyente que pretende modificar el texto constitucional que el mismo líder de la "Revolución Bolivariana", Hugo Rafael Chávez, modificó en el año 1999. Desde la Constituyente de ese año, los afectos al gobierno, que hoy se concentran en la cúpula oficialista, han pregonado la "perfección" de la Constitución de la República que aún está en vigencia en el Estado Venezolano. Sin embargo, partiendo de la propuesta del 1 de mayo del año en curso, cuya intención principal es la modificación de ciertos artículos establecidos, o bien, la inclusión de nuevos textos que, tal como lo relatan sus fieles, "favorezcan el bienestar social y colectivo", se deja en evidencia la más grande contradicción que ha existido entre los miembros de este sector.

Es sabido que, quienes profesan esta corriente de la política venezolana, avalan (o eso hacían) la Constitución propuesta e instaurada por el Presidente Chávez, y a pesar de seguir poniendo su nombre en alto, con una especie de supremacía y santidad absurda, se pretende violentar las reglas y normas contenidas en dicha Constitución. Se tienen que tomar en cuenta muchas vertientes que suscitan a través de todos estos hechos que ocurren día a día en la historia venezolana. Como causa protagónica, se analiza la razón principal para cambiar, "rectificar" o modificar los artículos que lleva consigo el texto constitucional actual: en primera instancia, lo más temido: la perpetuación de los líderes oficialistas en el mando o poder de la vida política, ejecutiva y legislativa de Venezuela.

Como segundo miedo tajante: la violación de derechos ciudadanos, disfrazados de mentiras y falsedad para una población aún creyente de blasfemia y la palabrería barata. Después, se asoman otros términos que, sin duda, asustan a los tantos que aún queremos ver surgir a nuestro país: las constantes amenazas contra la autonomía universitaria y la eliminación de la propiedad privada en el país, aprieta el corazón de los que aún esperan oportunidades.

Por su lado, el sector opositor de Venezuela propuso un mecanismo de Consulta Popular, aferrándose al artículo de la Constitución Venezolana, proceso que se llevó a cabo el día 16 de Julio de este año, y que dejó como resultado un número de 7 millones y medio de personas que salieron a sufragar y a expresar su descontento por un gobierno que tiene el poder, no sólo público y militar, sino también el poder de destruir la esperanza de los jóvenes que sueñan con quedarse en el país que los vio nacer y crecer.

Tiene el poder de destruir la vida y la seguridad de todos los que ejercen su derecho a expresar su inconformidad, su miseria y dolor, su desesperanza y terror de lo que se vive en las calles, en las farmacias y supermercados, en las escuelas y universidades. Aunque esta cifra publicada se parece mucho a las anteriores que identificaron a la oposición en consultas electorales pasadas, y hay muchas opiniones alrededor de este hecho, se concluye que hay una misma cantidad de personas que desean cambiar el panorama vivido diariamente.

Así pues, nos vemos en presencia de un oficialismo desesperado por continuar en el poder, ignorando a la marea de personas que se les alza en contra, y faltando a lo que pareciera ser sus propios principios revolucionarios.

Vemos a un oficialismo ansioso de un apoyo que perdieron en el mismo momento que empezaron a jugar con la pobreza, el hambre y el dolor de las personas que seguían sus doctrinas. Ahora, un pueblo naciente sale a luchar por lo que perdieron, mismos que rechazan enormemente los métodos que violentan las normas de la propia constitución, como lo es, un proceso constituyente que no toma en cuenta el ideal de los ciudadanos.

Venezuela es, y debe seguir siendo un Estado libre, por ende, todos debemos defender su integridad jurídica. Como sea, como quieras, con un voto, con tus cánticos u oraciones; saliendo a manifestar o ayudando a quienes lo hacen.

Pregúntate: ¿Qué es Venezuela para ti?