Mohammed Alhajali llegó a Londres huyendo de la guerra de su país natal, Siria. Tenía 23 años y estaba estudiando Ingeniería Civil. El miércoles por la noche, cuando las llamas se propagaron por el edificio en el que vivía junto con su hermano, ambos esperaron la ayuda de los bomberos encerrados en su piso de la planta 14. "Cuando los rescatistas llegaron - relata Omar emocionado - la gente comenzó a abalanzarse y el humo impedía que vieras algo.
Abrieron la puerta y el fuego nos abrazó".
Omar no puede recordar que fue lo que pasó, solo que una vez a salvo llamó a su hermano para preguntarle dónde estaba y confirmarle que él ya estaba afuera del edificio. Mohammed Alhajali regresó, por alguna causa, al departamento que ambos compartían.
Es posible que nunca haya salido y que el recuerdo de Omar esté afectado por el trauma. El hermano mayor recuerda que Mohammed le preguntó por qué lo había dejado. Omar creyó que estaba detrás suyo, el humo no le dejaba ver, solo siguió las indicaciones de los rescatistas.
Durante dos horas, el menor de los hermanos, llamó a su familia a Siria, a otro de sus hermanos y a un amigo. Fue este quién escuchó las últimas palabras del joven que este sábado tenía pensado asistir a una manifestación de carácter humanitario.