Durante el mes de diciembre del pasado año, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, aprobó una resolución, que declaró ilegales los asentamientos a manera de colonia, que Israel levanta y/o mantiene en tierras palestinas de Cisjordania y Jerusalén Oriental. La norma fue aprobada, ya que EE.UU., que podría haberla vetado, se abstuvo en la votación correspondiente. En ese momento los legisladores republicanos, condenaron enérgicamente la decisión tomada por Barak Obama, considerando que, de una política boba, se había pasado a una imprudente; en el Senado americano, el republicano John McCain, lamentó "este vergonzoso capítulo en la bizarra historia antisraelí de Naciones Unidas", agregando que, "la abstención de Estados Unidos nos hace cómplices de este atroz ataque”.

El Estado de Israel, lejos de obedecer la orden de la ONU, continuó con su política expansiva en tierras palestinas. Antes del desalojo del asentamiento de Amona, en cumplimiento de una orden judicial de la Corte Suprema de Israel, que fuera enérgicamente resistido por los colonos, el Primer Ministro ya había autorizado la construcción de 3.000 viviendas en Cisjordania; disponiendo además el rápido reemplazo de Amona, por un nuevo asentamiento ilegal; de esta manera Netanyahu comete una transgresión que no ocurría desde la década del 90. Hasta el momento sólo se habían ampliado o expandido los asentamientos existentes o bien el Estado de Israel había conseguido la legalización retroactiva de alguno de ellos.

Frente a estos hechos, Washington se pronunció críticamente, pero el portavoz de la Casa Blanca Sean Spicer, se apresuró a aclarar que, los asentamientos ilegales sobre el suelo palestino de Cisjordania no atentan contra la paz entre Israel y Palestina, pero tampoco colaboran con ese objetivo. Al parecer, desde la asunción de Donald Trump, la opinión de los republicanos se ha moderado, pasando de una amenazante oposición contra la resolución de la ONU, a condenar "levemente" la actitud de Israel en Cisjordania.

La respuesta israelí se produjo, rápidamente, a través del embajador de Israel ante las Naciones Unidas, Danny Danon, quien declaró que su país se siente decepcionado ante la crítica de Washington, pero recordó que Israel siempre se ha conducido como un país independiente. Además, según la agencia de noticias Sputnik, el diplomático declaró a la emisora radial Kol Yisrael, "así fue y así será, somos un país soberano; no estaremos completamente de acuerdo con EEUU en los próximos cuatro años, pero mantenemos la comunicación".

Sean Spicer considera de gran importancia para la seguridad de ambas naciones, una reunión del Presidente americano con el Primer Ministro de la única democracia de Medio Oriente. Los asentamientos ilegales y la amenaza que constituye Irán, desobedeciendo agresivamente los acuerdos nucleares convenidos, seguramente son temas que serán tratados en la próxima reunión que Netanyahu y Trump mantendrán en la Casa Blanca el próximo 15 de febrero.