Joël Robuchon muere a sus 73 años este lunes 6 de agosto a en Ginebra, Suiza. El maestro gastronómico víctima de un cáncer, era considerado como “el cocinero del siglo” según Gault-Millau, una guía elaborada por los analistas Christian Millau y Henri Gault, los grandes jefes de “la nueva cocina” en los años 70.

Robuchon era alumno de Michel Guérardconvirtieron, Paul Bocuse y los hermanos Troisgros cuando construían la “nueva cocina”. El movimiento que llegaba más allá de lo gastronómico significó una revolución que convirtió en algo más a los grandes cocineros, lo cual Robuchon logró ejemplificar de manera excepcional.

Inicios en la cocina

Proveniente de una familia muy humilde y modesta, Robuchon antes de desempeñarse como cocinero pudo haber sido cura. Su educación estaba arraigada en el respeto a las tradiciones católicas más intensas. Por muchos años, fue monaguillo antes de comenzar sus labores de aprendiz en algunos restaurantes.

Un gran hombre y gran cocinero

Antes de los 30 años, ya había sido reconocido por su gran talento como jefe de los cocineros en hoteles importantes de París. En 1981, Robuchon hizo la primera inversión de sus ahorros en “Jamin”, el primer y más afamado restaurante del cocinero. Su plato mas reconocido fue un puré de patatas que lo instauró en el panteón de los mejores artistas gastronómicos.

Continuó con una carrera impecable y una de las más reconocidas en la cocina de nivel de toda la historia. En menos de 30 años logró obtener 32 estrellas Michelin. A través del éxito de Jamin grandes puertas se les fueron abriendo, tales como, programas televisivos, aperturas de propios restaurantes en varias partes del mundo, y colaboraciones con cadenas de distribución.

El imperio de Robuchon

Robuchon es considerado como el primero, o uno de los primeros en emplear el término “taller”, utilizando la carne cruda como modelo japonés, tradiciones antiguas como modelo chino y las tapas para el español, para dar inicio a un nuevo tipo de restaurantes. Estimando que el “Jamin” había quedado atrás en cuanto a definición culinaria y empresarial, vendió su primer restaurante para incursionar en nuevas aventuras.

El estilo de Robuchon consiguió un éxito increíble, llegando a ser dueño de restaurantes en Londres, Las Vegas, Mónaco, Nueva York, Ginebra, Shanghái, Hong Kong, Taipéi, Bangkok, Macao, Miami, Montreal y Singapur. Por razones no solo de salud, Robuchon dirigía todo ese imperio desde su última residencia, París y Ginebra, sin olvidar sus principios fundamentales de su cultura gastronómica original.