Los organismos que se encargan de apoyar a los refugiados en territorio holandés han realizado una denuncia pública sobre las dificultades a las que tienen que hacer frente los refugiados homosexuales para poder conseguir su permiso de asilo, después del polémico caso de Sahir Ahmad que tendrá que hacer frente a su deportación, ya que, según las autoridades del país no ha demostrado que es homosexual.
El solicitante de asilo, de 29 años de edad, ha despertado muchas dudas sobre su orientación sexual. El joven repite una y otra vez que si vuelve a Iraq será asesinado ya que en este país está completamente prohibida la homosexualidad.
La organización LGTB holandesa COC ha señalado que no es algo extraño ya que hay muchos otros casos de solicitantes de asilos homosexuales que han visto cómo su solicitud ha sido rechazada y han acabado siendo inmigrantes ilegales en los Países Bajos.
La gran pregunta es cómo un refugiado puede demostrar que es gay o heterosexual
El joven y su pareja, Mushtak Nakemy han declarado ante un juez; pero no ha sido suficiente, ya que delante del tribunal, incluso, han tenido que dar detalles sobre sus relaciones sexuales.
También, varios amigos de la pareja declararon a favor de la pareja.
Ambos jóvenes llegaron en noviembre del pasado año 2015 a los Países Bajos ya que estaban huyendo de las amenazas de muerte realizadas por la familia de Ahmed, que descubrió la tendencia homosexual al leer varios mensajes telefónicos que había intercambiado con su pareja Nakemy. Ambos fueron capaces de llegar a holanda con documentación falsa tras haber cruzado Turquía, Grecia, Austria y Alemania, como han hecho muchos refugiados que huyen de la guerra.
Lo sorprendente es que la orientación sexual de Nakemy jamás ha sido cuestionada y ha logrado su permiso de residencia en Holanda, sin grandes problemas. Sin duda, este caso ha sorprendido a los medios de comunicación internacionales ya que no se entiende que se acepte la situación de uno y no el de su pareja en las mismas condiciones.
Muchos de los refugiados que llegan a Europa vienen escapando de las duras leyes contra las mujeres, los transexuales y las minorías en los países que están viviendo bajo el poder del Estado Islámico. La homosexualidad es duramente perseguida en estas zonas, siendo apedreados, tirados desde azoteas o castigados con latigazos, siendo entregados por sus propios familiares a la policía.