Desde hace unos años, con los salarios afectados por los recortes reiterados con los que el gobierno viene azotando a los trabajadores españoles, los cada vez menos trabajadores que quedan, la cantidad de dinero que ingresan con sus nóminas es paso a paso más pequeña que la anterior, mientras que los pagos son cada vez mayores. Sube la luz, sube el gas, sube el teléfono, sube la gasolina, suben todas aquellas cosas que se nos han hecho indispensables para poder subsistir en esta sociedad de consumo.
Y con una nómina menguante, a menos que se hagan filigranas y ecuaciones de tercer grado con varias incógnitas, es casi imposible llegar al 31 de mes sin que aparezcan los famosos "números rojos".
Pero, como avanzo en el titular, el último día de cada mes tiene connotaciones muy diferentes dependiendo de una simple cosa: cuándo se cobre la nómina. Porque los hay que la cobran a final de mes, a mes vencido. O sea que se cobra el mes después de haberlo trabajado, algo bastante lógico. Estos trabajadores esperan el 31 como agua de mayo, que se suele decir. Porque es cuando van a poder dejar de apretarse el cinturón, al menos por unos pocos de días, para volver a apretárselo después hasta que llegue de nuevo el 30 o 31, y así cerrar el círculo vicioso al que nos vemos obligados a estar los que dependemos de un sueldo mensual.
Después están los que cobran el 1 de cada mes, sólo un día después, y por adelantado. Ese día de diferencia lo cambia todo. Por una simple razón: llega el 31 y tu cuenta está casi a cero, o incluso peor, y a las 00:00 del día siguiente, los bancos inician sus tan peligrosas transacciones automáticas, los recibos de hipotecas, de préstamos que se hayan establecido con dichas entidades, las cantidades que se hayan usado con tarjetas de crédito para poder jugar con el resto de sueldo y poder llegar a fin de mes, etc. Y claro, si no te ha quedado suficiente dinero, los bancos, esos que tanto piensan en sus clientes, te van a cobrar gastos de devoluciones y recargos por no tener dinero suficiente en tu cuenta a la hora en que se pasen los recibos.
Y eso duele, especialmente porque son esos mismos, los bancos, los que saben que en unas pocas horas, cuando tu empresa haga el ingreso esa misma mañana, vas a tener ingresada tu nómina mensual. Pero ellos ya te han pegado un hachazo si no has sido previsor.
Una forma de evitar esto es meterse en otro círculo aún más vicioso que es el de las tarjetas de crédito. Si el 31 por la noche, antes de que pasen los nuevos cobros del nuevo mes, sacas la cantidad que no vas a poder hacer frente, y lo ingresas en tu cuenta, no te verás metido en ese problema de devoluciones y recargos, pero al mes siguiente tendrás que volverlo a hacer, pagando obviamente los intereses que te cobran los servidores de estas tarjetas, que suele ser de un 2% mensual, aproximadamente.
Lo mires por dónde lo mires, todo un robo para el trabajador.
Y por último están los casos como el mío, que no cobramos ni el 31 ni el 1, sino que la fecha de ingreso de la nómina oscila entre el 4 y el 8 de cada mes, dependiendo de cuánto quieran ganar las entidades bancarias por retener todas las nóminas de las grandes empresas para generara intereses que no les corresponden. A todo lo anteriormente dicho, hay que sumarle que no sabes exactamente cuándo vas a cobrar, por lo que el juego de las tarjetas se hace más parecido a la ruleta rusa, nunca sabes cuándo se te va disparar. Y tampoco sabes cuánto, porque el mes lo cobras por adelantado, pero las horas reales, tanto nocturnas, festivas, dietas y los días de ausencia si los ha habido, se contabilizan desde un cierto día del mes anterior, nunca lo he tenido claro, dicen que sobre el 23, pero no pondría la mano en el fuego.
O sea, si este mes de septiembre trabajo, por ejemplo, 16 horas nocturnas y 24 festivas, y he faltado un día supongamos que por tener visita médica, depende de si ha sido antes o después de ese hipotético día 23 lo cobraré en octubre o en noviembre. Así que las ecuaciones de tercer grado a las que hacía referencia antes ya no serán de tercer grado, sino de sexto o séptimo, que no sé si existirán, y con demasiadas incógnitas para poderlas hacer en una calculadora convencional...
De cualquier manera, enhorabuena a los que cobran el 31, porque a día de hoy ya estarán relajados, y a los que van a cobrar en unas pocas horas, porque sus problemas más inminentes se van a solucionar en breve. Y a los que están en mi misma situación, valor y al toro, señores, que todo llega...