Italia regresó a una final en selección mayor por primera vez desde 2012. En esa ocasión, la selección dirigida por Prandelli fue goleada por España en la final de esa Eurocopa en Polonia y Ucrania. Ahora en 2021, la selección italiana tuvo su venganza al eliminar a España en semifinales y en tanda de penaltis. España jugó un buen partido, pero careció de nueva cuenta de contundencia en ataque.
En defensa, los problemas de todo el torneo salieron a flote nuevamente. Italia con poco metió el gol de Chiesa y Morata puso el empate a 10 minutos del final.
En poco tiempo Morata pasó de héroe nacional a villano. El delantero de la Juventus parece que no saldrá de ese papel de villano.
El partido en Wembley fue intenso con roles claros. España, como es usual, tuvo el balón e Italia buscó en transición hacer daño. Luis Enrique hizo cambios extraños cuando empezó el torneo confiando plenamente en Morata a pesar de la presión de la prensa. Oryazabal jugó en la banda y la selección tuvo un falso 9 con Olmo adelante. Morata entró de cambio y metió el gol del empate.
La Eurocopa de Morata será recordada por los mismos altibajos que tuvo la "Furia Roja". España, jugando en casa la fase de grupos, sólo le ganó a Eslovaquia. Croacia y Suiza no eran rivales grandes y cuando se topó con Italia, mostró que esta generación todavía está lejos de pensar en títulos en torneos grandes.
Italia fue la ganadora del partido porque fue el equipo más balanceado como lo había demostrado en todo el torneo. Italia ganó como lo ha hecho en su historia de cuatro Mundiales. El equipo de Mancini supo sufrir y dio tal vez uno de sus peores partidos. Lejos quedó ese equipo con balón y toque en corto. Italia en defensa en el torneo apenas recibió dos goles llegando a las semifinales.
Italia y España se fueron empatadas a 1 a la prórroga
Mancini mandó un 4-3-3 con Donnarumma en portería además de Chiellini y Bonucci en defensa. Emerson y Di Lorenzo jugaron como laterales. Barella, Jorginho y Verratti jugaron en el mediocampo. Mancini optó por Chiesa otra vez titular para dar desequilibrio junto a Immobile e Insigne.
Luis Enrique alineó un clásico 4-3-3 con Unai en puerta y Laporte y Eric García como centrales. Alba y Azpilicueta jugaron por las bandas; Pedri, Busquets y Koke en el centro del campo. Ferrán y Oryazabal jugaron adelante con Dani Olmo con falso 9.
España tuvo al minuto 15 un tiro peligroso de Ferran; la presión alta de Italia se disipó después de los 5 minutos iniciales. Lo mejor de Italia en el primer tiempo, fueron las llegadas de Emerson por la banda y en transición. La mejor de España en la primera parte fue un tiro de Olmo tras un rechace.
Donnarumma sacó bien el tiro abajo a una mano. Emerson tuvo un tiro al poste al final del primer tiempo. España siempre se atascó llegando a tres cuartos de cancha.
Con el falso 9, España creo fácil tránsito hacia zona italiana a las espaldas de Jorginho.
Al comienzo del segundo tiempo, ambos intercambiaron llegadas claras. Busquets tuvo un tiro alto en una buena carrera de Oyarzabal; Chiesa en transición probó abajo a Unai Simón. Italia se fue arriba al minuto 60 con un despeje de Donnarumma. Immobile peleó un balón que botó a las espaldas de la defensa. Laporte no pudo cortar el balón y en el rebote, Chiesa dejó parado a Unai con un tiro colocado a media distancia.
España insistió con muchos centros pero al 80, Olmo hizo una gran pared con Morata. El español quedó sólo frente al portero para definir de manera suave. España apretó un poco pero en la prórroga no pasó gran cosa.
Chiellini y los italianos ganaron la tanda de penales desde el volado
En el sorteo con el árbitro Felix Brych, Chiellini jugueteó con Jordi Alba y hasta le abrazó. Desde esos gestos, se notaba que un equipo estaba relajado y el otro más tenso. Desde ese momento, Italia ganó la tanda de penales. Si falló el primer penal Locatelli pero Olmo envió el suyo a las nubes.
Morata anunció mucho su tiro y Donnarumma apenas recostó a media distancia para tapar el balón. Jorginho con su clásico salto y toque suave mandó a Italia a la gran final el domingo en Wembley. Luis Enrique nunca resolvió la poca contundencia adelante y la solvencia en defensa. Chiellini con Ramos enfrente en el sorteo no hubiera sido tan juguetón.