En estos los últimos meses, tanto en las oficinas como entre los futbolistas del FC Barcelona, la tensión se puede cortar con un cuchillo. El origen se puede remontar al final abrupto que tuvo lugar la temporada pasada con el 8-2 recibido en contra en Champions contra el Bayern de Múnich.
El central del Barça, Gerard Piqué, fue muy duro con la gestión realizada por la directiva del club liderada por Josep María Bartomeu. Días después, la superestrella azulgrana Leo Messi, decidió enviar un burofax a las oficinas centrales del club para que le facilitasen la salida.
Finalmente, el asunto se resolvió y Messi se quedó en el club.
La tensión continúa
Sin embargo, el asunto sigue deambulando y generando declaraciones que certifican que la relación entre el vestuario y el presidente está rota. Así lo escenificó Piqué, horas antes de disputar El Clásico. En primer lugar, el asunto más espinoso de los últimos días es la renovación del jugador.
Los días previos a la firma de la misma, Piqué firmó un comunicado junto con los capitanes en el cual cargó con dureza contra la directiva. Al poco tiempo, el club anunció a bombo y platillo que Piqué continuará como jugador del equipo hasta 2024.
En declaraciones a La Vanguardia, Piqué asegura que toma esta decisión basada en que "el Barcelona está por encima de cualquier persona", en plata, que decidió rebajar su ficha para que el club pueda afrontar las dificultades económicas que ha provocado la pandemia en las arcas del club y que en el futuro podrá recuperar el dinero perdido.
La crítica llega cuando el defensa del Barça afronta las acusaciones de desleal, que para él son infundadas y que su interés siempre ha sido defender la integridad del club por encima de cualquier asunto.
El "Barçagate"
Las críticas continúan a lo largo de toda la entrevista. Uno de los temas en los que más se moja el jugador es el conocido como "Barçagate", caso en el que presuntamente el club azulgrana pagó más de un millón de euros para que una empresa llevase a cabo campañas en las redes sociales de desprestigio de individuos y entidades no afines a la junta directiva de Josep Maria Bartomeu, entre los que estaban algunos jugadores.
Ante este caso, Piqué asegura que le "pidió explicaciones" a Bartomeu, y su respuesta fue que desconocía completamente lo sucedido. A continuación, el futbolista aseguró que en un primer momento creyó en la palabra del presidente, pero "después ves que, en acciones futuras, la persona encargada de contratar esos servicios todavía está trabajando en el club", situación que le "dolió mucho".
Las dudas de Messi
El último charco que pisa el central titular del club es el más espinoso de todos: la intención de Messi de abandonar el club tras finalizar la pasada temporada.
Primero, aseguró que le pidió a Messi que se quedase "un año, y luego viene gente nueva", en referencia a una nueva directiva, ya que el mandato de Bartomeu finalizará, como muy tarde, en junio de 2021.
Finalmente quiso defender la posición adoptada por Messi el pasado mes de agosto: "Yo me pregunto: ¿Cómo puede ser que el mejor jugador de la historia, que hemos tenido la santa suerte de disfrutar, se levante un día y envíe un burofax porque siente que no le están escuchando? Todo es demasiado chocante. ¿Qué está pasando? Leo se lo merece todo. El estadio nuevo debe llevar su nombre y luego el del patrocinador. Debemos preservar nuestras figuras, no desprestigiarlas. Me pone de los nervios".