Messi, quizás esté pensando en ese zurdazo, tras un pase filtrado de Arthur a los 88 minutos que quitó con los pies Unai Simón. Podría haber sido la última del partido, pero quedaba más: porque el Fútbol es así; si no, no sería fútbol. Y siguiendo la regla “los goles que no se hacen en una portería…”, los hace el Athletic de Bilbao en la otra. Ocurrió lo inesperado y de la forma más dolorosa en la que te pueden ganar un partido: en el tiempo de descuento.
Luego de una gambeta hacia dentro, Ibai Gómez descarga un centro largo al segundo palo, que peina sutil y elegante Iñaki Williams, el mismo que arrastró a toda velocidad a Piqué por el césped, y llena la red con la pelota y con un Aduriz enloquecido gritando a la par del San Mamés.
Con una afición que nos recuerda su pasión y el por qué de tantas Copas del Rey.
Lionel Messi: el capitán en medio de la tormenta
El balón, aunque a simple vista parezca reluciente, está repleto de barro, porque cuando hay conflictos fuera de la cancha, la mayoría de las veces, los hay dentro. Tal es así, que luego de días intensos, el Barcelona ve reflejado en los resultados futbolísticos su bullicio interno.
El capitán, Lionel Messi, se pone el equipo al hombro, fuera y dentro del terreno de juego. Lo demostró en el partido contra el Athletic: buscando el trinfo y empujando al equipo hacia adelante, aunque sin suerte. Lo demostró días atrás, en las redes sociales, defendiendo al plantel y dejando en claro su postura frente al despido repentino del entonces técnico del Barcelona, Ernesto Valverde, hasta ese momento primero en la Liga Española.
No hay dudas de que Messi está para batallar dentro y fuera de la cancha; y eso, en medio de tantas habladurías, es una a favor del culé. Porque el diez es diez en todos lados.
Sin Copa del Rey y sin punta, todo se complica para el Barça
En este tiempo, el culé perdió la primera plaza de la Liga y quedó fuera de la Copa del Rey; cosas que parecen simples para una máquina como el azulgrana, caen por la borda sin explicación o con una: los rumores sobre el secretario técnico del Barcelona, Abidal.
Queda esperar que, por estos días, su nuevo y repentino técnico, Quique Setién, pueda poner a punto al equipo para lo que viene; porque lo cierto es que el azulgrana no mereció perder contra el Athletic. Todavía hay Champions League por delante, hay que seguir peleando la Liga, hay Messi capitán.
Aunque los goloadores de red Luis Suárez y Ousmane Dembélé estén lesionados y el culé no se queda quieto y busca fichajes para saciar su sed de gol y estar a su propia altura. Una altura que no se puede medir porque en el Barcelona nada parece alcanzar.