El Fútbol, al igual que la música, vive de tiempos. De un lado, el Barcelona de Setién con sus tiempos lentos y pausados, del otro, el Real Madrid de Zidane con su música vertiginosa y profunda. Un duelo de estilos completamente distintos, pero que al complementarse, hicieron del clásico de La Liga y del mundo, un gran espectáculo de fútbol.

Agradecemos el espectáculo, pero no la música que Setién le da al Barcelona. Un culé lento y apagado que, si bien por momentos, tuvo el dominio en la primera parte; sabemos que el Real Madrid siempre tocó más profundo.

Algo que Setién tenía en claro antes del encuentro: “Quisimos tener más control que asumir ciertos riesgos de entrada en el partido y también hay que pensar que el rival, cuando se asumen riesgos, sabes que te puede hacer daño”.

El objetivo era apagar la música del Real Madrid durante los 90 minutos, pero el vértigo, los cambios de ritmo, las salidas rápidas; no se apagan tan fácil en el fútbol. Ni siquiera con las grandes atajadas del portero del Barcelona.

Y entonces sucedió, una derrota anunciada, para un Barcelona que juega los encuentros sin sorpresa, el mismo que parece nunca tener un plan B, más que pasarse el balón y esperar la magia de Messi, tal cual expresó el propio Setién: “Siempre quiero que el balón lo tengan los mejores y cuando está en pies de Leo, siempre pasan cosas”.

Esta vez esas cosas no pasaron porque el diez no tuvo el balón y casi no pisó el área contraria.

Y sí, el Barcelona, paradójicamente, perdió por dos: no solo dejó el clásico, sino que también el liderato de La Liga en manos del Real Madrid y, si hilamos más profundo, en un empate final; el Barça perdería el título dado que el primer clásico resultó igualado.

Barcelona – Real Madrid: Un clásico a la altura

Los primeros quince minutos del encuentro fueron del Real Madrid, que inició el partido con tres córners a favor, pero luego el Barcelona tomó posesión del balón y se dedicó de manera metódica a dormir el encuentro, a apagar la velocidad del partido, imponiendo el estilo Setién.

Y por un tiempo le funcionó.

Hasta el propio Messi retrocedía a lugares insólitos a tomar el balón y hacer lo mismo que sus compañeros; tocar y tocar sin permitir que el Madrid haga despliegue de su fútbol rápido. En ese choque de estilos, el encuentro era entretenido, eficiente por parte del Barcelona y a la búsqueda del zarpazo por parte del Real Madrid. Todo podía pasar.

El Madrid tuvo sus oportunidades, pero se topó con la gran actuación del portero del Barcelona Marc-Andréter Stegen. Y el culé tuvo lo suyo, pero lo dejó ir.

La primera parte del encuentro terminaría, en apariencia, a favor del planteo del Barcelona: en cero.

El plan del Barcelona cae en la segunda parte

Al llegar la segunda parte, el Real Madrid se adueña del partido para implantar su vértigo.

Así es que el Barcelona comenzó a perder el balón en la mitad del campo y el Real a ganar terreno. El clásico de La Liga y del mundo seguía creciendo en emoción, ofreciendo un gran espectáculo. Los tantos estaban cerca.

A los 69 minutos se produce un cambio en el Barcelona, deja el campo de juego enojado Arturo Vidal para ser sustituido por Martin Braithwaite que, de nuevo, demostró que quiere un espacio en el equipo. Porque al instante de su ingreso produce una jugada de riesgo a favor de los culés.

Pero la fortuna estaba del lado del local. A los 71 minutos del encuentro, con una magistral maniobra del alemán Toni Kroos –que con el cuerpo amaga a tirar un pase hacia un lado, pero con el brazo le marca la posición al joven delantero Vinícius Júnior-; quien responde y remata, con la fortuna de que el balón se desvía en Piqué y vence al portero.

Real Madrid 1- Barcelona 0.

A los 81 minutos Zidane hace un cambio en el Real Madrid. Deja el campo Karim Benzema -de muy buen partido- y en su lugar ingresa Mariano; quien al minuto encajaría el segundo tanto para el Real, luego de una asistencia de Daniel Carvajal. Real Madrid 2 y el liderato - Barcelona 0.

Las declaraciones de Sergio Busquets sobre el encuentro del Barça

Busquets sobre el desarrollo: “si te presionan mano a mano, si sales bien pues tienes opciones porque hay más espacios, pero si no sufres que es lo que nos ha pasado”.

Y, el volante central del Barça, también habló del liderato en La Liga: "era una oportunidad única de sacar un poco más de distancia”.

Y sí, era una oportunidad única, pero el Barcelona de Setién, se dedicó más a dormir el encuentro que a usar el tiempo a su favor y eso que por un momento lo tuvo.