Sorprendentemente, el equipo albiceleste lleva sin obtener un título desde 1993. Desde entonces, han pasado grandes generaciones de jugadores que han sido incapaces de coronarse en ninguno de los torneos disputados.

Durante todo ese tiempo, Argentina perdió la final del Mundial, así como cuatro en la Copa América y otra más en la Confederaciones. Tanta frustración provocó que Messi, considerado por muchos como el mejor de la historia y líder indiscutible de la selección nacional, anunciase su marcha del equipo tras la derrota ante Chile en la final de 2016.

Afortundamente para sus seguidores, regresó al conjunto nacional y enderezó la marcha de Argentina en la fase de clasificación. Tan esencial resultó su vuelta que, frente a Ecuador en el último encuentro y con la necesidad de ganar, la estrella del Barcelona firmó tres tantos para remontar el partido y meter a su equipo en el mundial.

El grupo de la muerte

A diferencia de otros años, donde Argentina salió claramente favorecida por la debilidad de los rivales en su grupo, en esta ocasión la suerte no ha sonreído a la albiceleste. De esta manera, Islandia, una de las revelaciones de la pasada Eurocopa, Nigeria, considerado como el mejor conjunto africano, y Croacia, con Modric, Rakitic, Kovacic y Mandzukic, serán un duro escollo para el equipo entrenado por Sampaoli.

Precisamente, será interesante ver si el antiguo técnico de Chile y del Sevilla sigue en su idea de presionar la salida del rival y de adelantar la defensa, como ya hizo frente a España en el amistoso disputado hace dos meses.

En aquel encuentro, Argentina realizó un notable primer tiempo donde le disputó la posesión de balón al conjunto dirigido por Lopetegui.

Sin embargo, jugadores como Otamendi, Rojo o Mascherano quedaron retratados al jugar tan alejados de su área, y España venció por un apabullante 6-1.

Delantera para soñar

Indiscutiblemente y como viene sucediendo en los últimos mundiales, Argentina goza de un ataque de garantías que parece hasta exagerado en cantidad de efectivos.

Jugadores como Higuaín, Dybala, Di María o Agüero se disputarán en teoría dos puestos para jugar cerca de Messi. En cuanto al centro del campo, solo Banega parece tener la suficiente calidad para dirigir a un equipo que aspira a ser campeón.

Por ello, la opción de jugar al contragolpe no parece descabellada, como ya hizo Sabella en 2014, especialmente tras la lesión de Di María en los cuartos de final. Por otra parte, y como sucedió en aquel torneo, eso mermaría las opciones de que el juego girase en torno a Messi.

Durante su etapa en Chile y con defensas rápidos, Sampaoli usaba un sistema de presión asfixiante que le hizo ganar una Copa América y derrotar, entre otros, a España en el pasado mundial.

Pero posiblemente, ese sistema perjudique a los defensores que alinea con Argentina. Actualmente, la única certeza es que los sueños de la albiceleste, una vez más, recaen en Messi, que busca el último reconocimiento que le falta.