Exhibición de eficacia frente al Chelsea y a cuartos de final por undécima temporada consecutiva. Pero lo que prometía ser una noche feliz para los aficionados culés, terminó siendo bastante agridulce. Pero empecemos por las buenas noticias, que fueron muchas.

Ousmanne Dembélé

Valverde dio la oportunidad a un Ousmanne Dembélé que en el encuentro en Málaga había hecho méritos de sobra para poder estar en un partido de mayor responsabilidad. El galo no desaprovechó la ocasión. Trabajó a destajo durante todo el partido siguiendo a Marcos Alonso en sus constantes internadas.

En ataque abrió el campo, dio espacios a Messi y anotó el segundo gol de la noche, el primero desde que fichó por el Fútbol Club Barcelona. Dembélé empieza a ser Dembélé. Y eso es mucho.

Leo Messi, el papá del fútbol

Leo Messi volvía a vestirse de corto después de perderse el encuentro en La Rosaleda por su reciente paternidad. Se le notó enchufado desde el principio, para dedicarle un gol a un tercer vástago, Ciro. A los 3 minutos ya desequilibró la balanza al introducir el balón entre las piernas del espigado Courtois. Poco después asistía a Dembélé para que el francés se estrenase como goleador en el Camp Nou. Ya en la segunda parte, con el Chelsea apretando en busca de un gol que les devolviese al encuentro y a la eliminatoria...

volvió a aparecer el mejor. Recogió un balón de Suárez le dejó franco en la frontal del área para realizar un cambio de ritmo brutal y batir, de nuevo entre las piernas, a un desesperado Courtois. 3-0 y a cuartos de final.

Recibimiento a André Gomes

Con el partido sentenciado, hubo tiempo para que el Camp Nou y André Gomes fumasen la pipa de la paz.

El portugués entró en sustitución de Sergio Busquets, lesionado. El Camp Nou estalló en una de las ovaciones más potentes que se recuerdan a un jugador que no es Messi o Iniesta.

Iniesta y Busquets amargaron la noche

Pero tal y como empezaba este artículo, la noche no terminó siendo tan positiva. Sergio Busquets se retiró lesionado y según ha informado el club, estará al menos tres semanas de baja.

Lo que le hará perderse, entre otras cosas, el choque liguero contra el Sevilla y la ida de los cuartos de final de Champions. Por su parte, André Iniesta, soltó una bomba. Antes del 30 de abril tomará la decisión más importante de su vida. Seguir en el Barça o aceptar la oferta para irse a China. Messi tuvo una charla en privado con el capitán y le pidió por todos los medios que continuase al menos un año más. Es su mayor socio.