El Athletic Club recibía con la baja de Kepa a un Girona que se presentaba en la Catedral para seguir con su impresionante racha en su estreno en Primera. Los bilbaínos, con un juego algo dubitativo, sacaban el partido adelante gracias a sus individualidades. El resultado coloca a los rojiblancos cuartos en la tabla. Gorka Iraizoz volvía a la que fue su casa durante los últimos diez años.
Un Girona bien plantado
El Girona llegaba sin nada que perder y mucho que ganar a San Mamés. Los catalanes, solventes en su feudo, querían demostrar su capacidad para serlo también fuera de casa. Los locales necesitaban controlar un partido sin exigirse demasiado ya que el jueves comienza la fase de grupos de la Europa League.
Los de Pablo Machín entraban con valentía al encuentro, poniendo en aprietos al Athletic. Aday Benítez y Pere Pons ponían el juego para un Girona que movía el balón sin tapujos. Las intentonas de los visitantes se topaban contra un buen Iago Herrerín, que sustituía a Kepa tras la baja del internacional que pasaba por un proceso febril, y con el cachorro Unai Núñez.
Precisamente el portugalujo, Núñez, ejercería de pilar en el centro de la defensa demostrando una adquisición de galones que recuerda a la irrupción de Yeray Álvarez en la campaña pasada. Tras los primeros veinte minutos de un dominio sin cristalizar de los catalanes llegaría el primero de los rojiblancos.
Después de un inicio con muchas dudas, los de Ziganda se encomendaban a Williams, que parece estar de dulce. Iñaki colgaba un balón dentro del área en el minuto 25 que remataba Iker Muniaín para batir a Iraizoz. Previamente, Raúl García impedía que la defensa gerundense atajara el balón, haciendo un trabajo sucio y poco vistoso pero útil durante todo el partido.
El gol de Iker Muniaín traía la tranquilidad a una parroquia que no estaba viendo un Fútbol acorde al potencial de los jugadores que Ziganda había alineado sobre el verde.
Pronto los vascos se enchufarían proponiendo una versión cercana a su juego aunque sin mucha incidencia en el resultado. El Girona seguía intentándolo pero la defensa del Athletic estaba bien plantada y no concedía terreno en las aproximaciones rivales. Tan sólo Lekue sufría más de lo deseado ante las internadas de Aday.
Iago Herrerín demostró sus opciones de titularidad con una actuación muy buena, atajando cada disparo rival con seguridad y volviendo a la Liga tras muchos partidos alejado de la misma. Con la renovación de Kepa en el aire, la tranquilidad que aportan estas actuaciones dan seguridad y aseguran que la portería, pase lo que pase, estará bien cubierta.
Más de lo mismo
La segunda parte no dejaba muchos más titulares.
Los destacados de la primera serían los mismos en la segunda. En ataque Williams y en defensa Núñez daban su mejor versión, llevando el peso del equipo en sus respectivas parcelas.
A los cinco minutos del segundo tiempo llegaría el único susto del partido en la portería de Herrerín. Una falta lanzada en el minuto 46 por Granell llegaba con dificultades a las manos de Iago, que detenía en dos tiempos, ya que al guardameta se le escurría el balón en la primera atajada.
El partido transcurría por los mismos cauces, con los dos equipos bien plantados pero sin ofrecer nada especial en su juego. El Athletic pagaba en demasía la mala organización desde su medio campo, dirigido por un Beñat poco acertado durante todo el encuentro.
El de Igorre, intermitente, necesita mostrar su mejor versión de cara a un mes de septiembre cargado de partidos importantes.
Mientras, la brega de Aduriz con Alcalá y Bernardo se hacía más dura. Los defensores del Girona tiraban de dureza ante el zorro y Raúl García en cada envite aéreo. El árbitro, sin embargo, parecía no observar nada en los sucesivos choques entre los jugadores. Pese a ello, el colegiado Trujillo Suárez haría un uso excesivo de las tarjetas, enseñando un total de diez. Demasiadas para un partido tan limpio.
En el minuto 52 de partido llegaría el segundo y definitivo gol del Athletic, obra de Aritz Aduriz. Herrerín sacaba un balón en largo controlado a la perfección por Iñaki Williams.
Aduriz engancharía un derechazo al primer palo después de la perfecta dejada del joven bilbaíno. Gorka Iraizoz no podía hacer nada para detener el chut de su ex-compañero. Suponía el 2-0, una distancia casi insalvable para el Girona pese a quedar bastante partido.
Poco más sucedería digno de reseñar. Ziganda movía el banquillo para dar entrada a Iturraspe, que volvía de una lesión, a Aketxe y a Sabin Merino. El míster daba descanso a los goleadores Aduriz y Muniaín y al desafortunado Beñat. Los cambios estaban claramente condicionados por el encuentro del jueves ante el Hertha de Berlín.
El partido llegaría a su fin después de una ocasión que a punto estuvo de suponer el 3-0. Williams trazaba una buena jugada individual por banda que acaba en parada de Iraizoz.
El rechace lo recogía Sabin Merino, pero su tiro se estrellaría directamente al palo.
El Athletic se coloca cuarto en la clasificación y con la portería a cero en tres jornadas ligueras. Unos resultados que invitan al optimismo con un equipo que demuestra su solvencia y buena pegada. El jueves, en Berlín, los rojiblancos se someterán a otro test, esta vez más exigente, en la jornada que abrirá la fase de grupos de la UEFA Europa League 2017/18.