Que Sergio Marchionne desea ver a Alfa Romeo compitiendo de nuevo en la Fórmula 1, no es un secreto, y cada vez parece más posible que sea un hecho. No hay oportunidad que se le pase a Marchionne, para promocionar a la marca de los del Biscione, ya sea en ruedas de prensa en el box de Ferrari durante algún Gran Premio, en la tradicional comida de Navidad de los de Maranello, e incluso, la más reciente, en el Salón del Motor de Ginebra, sin olvidar que los monoplazas de los de Il Cavallino Rampante, llevan su logo en la tapa motor.

Alfa Romeo lleva casi una década volviendo a su esencia, recuperando sus orígenes deportivos, de competición, remozando las señas de identidad características de la marca, con claros ejemplos como los Alfa Romeo 4C u 8C.

Este giro hacia un diseño más agresivo, que los coloque en una posición más destacada dentro del grupo FIAT, ha dado lugar a dos nuevos modelos con los que pretenden alcanzar altas cuotas de ventas en el mercado europeo, estos son los Alfa Giulia y Stelvio.

Atentos a los nombres de ambos modelos, porque de su éxito depende que Alfa Romeo desembarque en la Fórmula 1, de una vez por todas. Desde la marca no han querido fijarse fechas en concreto, pues supeditan su presencia al éxito comercial de los citados modelos, pero desde la directiva, apuntan a 2019 o 2020, como muy tarde, para que vuelvan al Gran Circo, según se han hecho eco la prensa italiana, en concreto Corriere Della Sera, medio afín al grupo FIAT.

Pues su finalidad, es conseguir un mayor alcance internacional de la marca, y la Fórmula 1 es el principal escenario para ello.

Desde Maranello lo ven con muy buenos ojos, por fin se cumpliría con uno de sus mayores deseos en las últimas décadas, pues de este modo tendrían un modelo similar a Red Bull, siendo Alfa Romeo el equipo junior de Ferrari, aunque a un mayor nivel de exigencia competitiva que, por ejemplo, Toro Rosso.

Sería una grandiosa oportunidad, de poder dar salida a los jóvenes pilotos de la Ferrari Academy Driver, como Antonio Giovinazzi, Raffaele Marciello o Charles Leclerc, que no encuentran asiento, y tienen que conformarse siendo pilotos reservas en los equipos cliente de Ferrari, como por ejemplo Leclerc en Haas.

Otra de las principales causas, es volver a recuperar a pilotos italianos en la Fórmula 1, ya que desde 2011 no hay en la parrilla, y desde el año 1953, que ganó Ascari, ningún piloto transalpino ha vuelto a coronarse en la categoría reina del motor.

De esta manera, Ferrari, tendría un perfecto banco de pruebas para desarrollar sus motores y sistemas, y promocionar a sus jóvenes estrellas en la Fórmula 1.