Muchas son las motivaciones que nos llevan a practicar el running: estar en forma, perder peso, liberar tensiones, superar retos,… Y muchos son los beneficios que nos aporta: reducir el estrés del día a día, mejorar el sistema cardiovascular, fortalecer las piernas, incrementar la capacidad pulmonar,…
Sin embargo, puede que, a veces, experimentes extrañas sensaciones como el sabor a sangre, tos o picor tras una carrera. Es la forma que tiene tu cuerpo de manifestarse por un entrenamiento más duro de lo habitual. Y aunque sean síntomas normales, no dudes en acudir al médico si persisten, se agravan en el tiempo o simplemente quieres despejar cualquier duda.
Tengo sabor a metal o sabor a sangre
Cuando realizas un ejercicio aeróbico superando tu umbral de esfuerzo, tu cuerpo necesita más glóbulos rojos para transportar el oxígeno. Esos glóbulos liberan hierro, produciendo ese mal sabor en la parte trasera de nuestra boca e incluso en la nariz. Si no desaparece una vez finalizada la sesión o lo percibes constantemente, consulta a tu médico para descartar una infección u otra enfermedad.
Toso varios minutos nada más acabar
Has traspasado la línea de meta y te pones a toser durante varios minutos. Es normal. La explicación está en la broncoconstricción, un fenómeno por el que los pequeños músculos de alrededor de los pulmones sufren espasmos ante un ejercicio más duro de lo habitual.
El frío y la sequedad contribuyen a su aparición, pues el sistema respiratorio se irrita al esforzarse en humedecer y calentar el aire. En esas condiciones puedes protegerte la nariz y la boca con un pañuelo o braga.
No paro de “moquear”
La rinitis producida por el ejercicio es común a los practicantes de deportes al aire libre.
Igualmente hay unos condicionantes externos como el frío, la contaminación o el polen que hacen que tus cavidades nasales se irriten e incrementen la mucosidad, hasta el punto de gotear. Si es muy molesto o continuo, coméntaselo a tu médico para que te recete un spray nasal.
Me pican los muslos
Acabas de empezar a correr y te pican las piernas.
Puede que simplemente tengas la piel seca. Mantenla hidratada. Pero lo más normal es que esa sensación sea consecuencia de la reacción de tu organismo al ensanchamiento de tus arterias y capilares que necesitan adaptarse a las nuevas necesidades que tu cuerpo requerirá en carrera. Lo ideal es calentar antes de cada sesión.
Pero ¡ojo! No lo confundas con una reacción alérgica, denominada urticaria del ejercicio, cuyos síntomas son picores, sofocos y enrojecimiento, y en los casos más severos problemas para respirar. Acude a tu médico para descartar cualquier duda.
Tengo que ir al baño
Es normal que, justo antes de empezar, la primera carrera sea al servicio para defecar. Cuando competimos, solemos consumir alimentos con un alto nivel de glucosa para afrontar mejor la carrera.
Pero, si no ingerimos nada más, esos azúcares junto a la falta de sangre en nuestro estómago vacío, alteran nuestro intestino y provoca esas ganas de hacer de vientre. Sustituye las ampollas de glucosa por un plátano. Y evita los cafés.
No recuerdo dónde dejé el coche
Cuando acabas una sesión larga o muy intensa no es raro que tengas pequeños lapsus de memoria. Es debido a que tus reservas de glucógeno, el alimento de tu cerebro, se han reducido al mínimo. Intenta tomar lo antes posible una bebida isotónica y un tentempié, preferiblemente rico en azúcares, para restaurar los niveles perdidos.