Cuando hablamos del running, indefectiblemente hablamos de piernas, gemelos y pies. Nos preocupamos en comprarnos las zapatillas con más gel, los calcetines más técnicos e incluso las mallas diseñadas tecnológicamente. Pero se nos olvida que hay otras partes de nuestro cuerpo que también sufren el desgaste y el impacto del running. En el caso de la Mujer son el pecho, el útero y la vagina, a las que no debes dejar de prestar atención.
Protección especial para el pecho
Todos los pechos sufren un movimiento brusco cuando corres, llegando incluso, en cada paso, a un desplazamiento vertical de 12 cm en el caso de los senos grandes.
Un gran impacto, sobre todo si lo multiplicamos por cada zancada que damos en una sesión.Además, cuando no estamos cómodas, modificamos inconscientemente nuestra forma de correr, con lo que estamos castigando de más a nuestros pies, hombros, cadera… Y esto, nos pueden acarrear lesiones.
Es importante que invirtamos, igual que lo hacemos en unas buenas zapatillas, en un buen sujetador deportivo. Deben abarcar todo el pecho, preferiblemente con copas, tirantes acolchados y múltiples puntos de sujeción.
Rozaduras en el pecho y en la vulva
Las rozaduras en los pezones suele evitarse con un buen sujetador. El de la vulva es menos conocido y es más vergonzoso de hablar. Suele aparecer en las mujeres que tienen los labios menores grandes.
Intenta evitarlo usando unas bragas ajustadas y cómodas. También puedes ayudarte de pomadas anti-rozaduras, aplicadas antes y después de correr, indicadas para tus partes más íntimas.
Aumento de flujo
No es que produzcas más flujo cuando practicas este deporte, sino que la carrera hace que expulses más cantidad. Esto es completamente normal debido al incremento de la presión intra-abdominal.
No obstante, si el incremento del flujo se prolonga días después o presentas otros síntomas como enrojecimiento o picor, acude al ginecólogo, pues podría ser indicio de otro problema nada relacionado con la carrera (una infección o un desequilibrio en el pH).
Necesito ir al baño: la incontinencia
No está demostrado que el correr produzca un debilitamiento del suelo pélvico, pero acentúa sus consecuencias.
Tras un embarazo y un parto vaginal o con la menopausia o pre-menopausia, estos músculos se debilitan.
Al igual que con los pechos, el útero rebota hacia arriba y abajo, produciendo una presión en la vejiga. Al carecer de fuerza en el suelo pélvico, no hay oposición, por lo que se producen ciertas pérdidas.Como recomendación acude al baño antes de correr y utiliza protectores para las pequeñas pérdidas. Pero lo ideal es que acudas a un ginecólogo que te ayudará con ejercicios (Kegel) para fortalecer esta parte del cuerpo e incluso recomendarte un fisioterapeuta especializado en los casos más severos.
Cuidado con la infección por hongos
El sudor que producimos en los muslos durante la carrera junto con el flujo son caldo de cultivo para las infecciones por hongos.
Si bien esto es común con los corredores masculinos, el riesgo se incrementa en el caso de las mujeres por la flora bacteriana de la vagina. Para evitarlo, o reducir las posibilidades, debemos secar rápidamente todas las partes sudadas, en especial la entrepierna, ducharnos y cambiarnos a una ropa seca y nueva lo antes posible.
El uso de prendas sintéticas tipo Dry-Fit diseñadas para absorber el sudor en carrera o fibras de algodón (que retienen más humedad), también pueden ser una ayuda.