Para muchos el matrimonio es un momento de felicidad, donde luego de casarse suelen disfrutar de la llamada luna de miel, pero para la pareja de Debby Neal-Strickland y Jim Merthe apenas dos días de contraer matrimonio, uno de ellos, Debby sería sometida a una operación para donarle su riñón a la exmujer de Jim.
La historia ocurrió en Fort Lauderdale, en Florida, Estados Unidos. Debby y Jim mantenían una relación de noviazgo desde hace 10 años. Ambos ya habían estado casados y tenían sus respectivos hijos con sus ex parejas. Luego de una larga relación habían decidido casarse, pero la exmujer de Jim, Mylaen, que sufría de una enfermedad renal se complicó a tal punto que su riñón apenas funcionaba y necesitaba ser ingresada en el hospital y esperar a un donante.
Su hermano se había ofrecido como donador, pero no eran compatibles. Debby decidió hacerse la prueba y resultó que al ser compatible, decidió ser ella la donadora.
Las dos mujeres tenían una buena relación
A pesar de haberse separado, Merthe y su exmarido Jim mantenían una buena relación y criaron a sus hijos juntos. Por su parte, ambas mujeres tenían una relación cordial, pero sin llegar a ser amigas, coincidiendo en diversos eventos familiares. Lo que impulsó a Debby a decidir ser la donante fue que la hija en común que tienen Mylaen y su ahora esposo, estaba embarazada, y había imaginado la hija de Merthe dando a luz y que su madre no estaría allí para recibir a su nieta, lo que le afectó mucho por lo que no dudó y se ofreció como voluntaria, según ella “Dios le dijo que era compatible y debía hacerlo”.
Debby también recordó a su hermano, que años atrás había sufrido de fibrosis quística mientras esperaba un trasplante de doble pulmón. Ella le ofreció uno de sus pulmones, pero no era compatible y él necesitaba dos, por lo que terminó falleciendo.
La operación se programó cerca a la fecha del matrimonio
Si bien todo parecía resuelto, solo había un problema: la fecha en la que se programó el trasplante era apenas dos días después de la boda.
Al principio se planeó cancelar la boda, pero Debby prefirió seguir con los planes. Se casaron el 22 de noviembre y a los dos días ya estaba preparada para su operación.
Apenas recuperó el conocimiento preguntó por Mylaen, quien se recuperaba, y apenas se vieron las dos mujeres rieron y lloraron de la emoción y felicidad. Para Debby, tanto el día de su boda y el del trasplante fueron "los mejores de su vida".
Myleen se mudó con su hija y su yerno mientras se recuperaba y pudo disfrutar de su nieto, alimentándolo cuidándolo tal y como imaginaba. Ahora ambas mujeres tienen una estrecha relación, haciéndose llamar “hermanas de riñón”.