Muchos de los grandes episodios de la Historia de España han caído en el olvido, ya sea porque otros países han sabido jugar mejor sus cartas o simplemente porque los españoles no han sido conscientes de la importancia de un acontecimiento o personaje determinado. Es por ello que pocos españoles hoy recuerdan al navío "San Telmo", que llegó antes que nadie a la Antártida.
El 'San Telmo' llegó a la Antártida por casualidad
Corría el año 1819 cuando el navío "San Telmo" fue enviado a América para acabar con los levantamientos que estaban sucediendo en el continente.
En él iban casi 650 marinos que zarparon desde Cádiz para cruzar el océano Atlántico; ninguno de ellos eran consciente de la aventura que iban a vivir.
Junto a otros tres buques, el navío "San Telmo" tenía que doblar el Cabo de Hornos para luego llegar a Perú. Sin embargo, un temporal en el Mar de Hoces hizo que este buque se separase de las demás embarcaciones. Con grandes averías, el "San Telmo" comenzó a surcar unas aguas que no se parecían a las demás; estaban llenas de grandes formaciones de hielo donde hacía un frío insoportable. Finalmente encallaron en uno de esas grandes masas gélidas: la isla de Livingston.
Los ingleses silenciaron la llegada española a la Antártida
Nada más se supo de los tripulantes del navío "San Telmo", aunque lo más probable es que fallecieran por las duras condiciones de la Antártida.
No obstante, un mes después de este naufragio español, un bergantín procedente de Gran Bretaña llegaba a aquellas tierras antárticas.
El capitán William Smith navegó las zonas aledañas de la Antártida y cuando consiguió lo necesario para explorar aquellas tierras congeladas, se encontró con los restos de animales que habían sido cazados por personas en el lugar donde los españoles habían naufragado.
El capitán quiso dar noticia de que alguien había llegado a aquel lugar antes que él, pero recibió órdenes superiores de que tenía mantener silencio.
Así, el Imperio Británico se apuntó el tanto de descubrir la Antártida, mientras que el navío "San Telmo" fue dado de baja por la Corona española y olvidado sin más. El único recuerdo que quedó de la llegada española al continente helado fue lo escrito por James Weddel, cartógrafo de estas tierras, que se topó con los restos del buque naufragado: "Varios restos fueron hallados en las islas del Oeste, que probablemente sean los restos de un buque de guerra español perdido en 1819, cuando hacía el tránsito hacia Lima".