La naturaleza es poderosa y, en ocasiones, también caprichosa. El pasado día 13 de junio la ciudad china de Qindao presenció una repentina tormenta que cubrió las carreteras, los coches y todo lo que encontró a su paso de estrellas de mar, crustáceos, pulpos. Al parecer se formó una manga marina que succionó estas especies marinas del Mar Amarillo y las precipitó sobre esta ciudad costera del este de China al desencadenarse la lluvia torrencial acompañada de fuertes vientos que arrancaron árboles y señales de tráfico.

¿Es un fenómeno atípico?

Aunque, sin lugar a dudas, se trata de un fenómeno peculiar y casi cinematográfico es tan natural como el croar de las ranas.

Tal y como explican los geólogos y metereólogos, las trombas marinas son flujos turbulentos de agua que rotan en espiral conectados a una nube cumuliforme. Como consecuencia del descenso en la presión atmosférica y de la humedad del aire estos tornados marinos son más nítidos que cuando suceden en otros contextos como los desiertos.

Esta vorticidad es capaz de elevar todo cuanto encuentra en su camino. En el caso de los objetos ligeros pueden ser desplazados a distancias considerables, en torno a los 320 km mientras que los más pesados, como el metal, pueden ser arrojados a 80 km de distancia con respecto a su localización original.

Aunque no lo creas, ya en la era del Imperio Romano el escritor Plinio el Viejo, en el siglo I a.c.

documentó la existencia de tormentas que contenían peces y ranas.

El curioso caso de Yoro

Esta localidad de Honduras lleva registrando este tipo de tormentas con peces desde hace ya más de una década. Cuando se aproxima la época de las primeras precipiraciones copiosas por los meses de mayo y junio son frecuentes las tormentas de ranas y peces.

Tanto es así que desde el año 1998 vienen celebrando, anualmente, un festival que lo conmemora. Como no podía ser de otro modo, bajo el nombre de "Lluvia de peces" organizan un festival de carnaval en el que no faltan la diversión, la danza y la gastronomía típica local.

Retomando lo acaecido en China, ante lo curioso de la situación las redes sociales se llenaron de instantáneas tomadas por los lugareños que observanban atónitos lo que ocurría a su alrededor.

Indudablemente, ese miércoles los habitantes de Qindao emprendieron sus quehaceres cotidianos con menos rutina de la habitual. ¿No crees? ¿Te imaginas yendo a tu trabajo mientras ves caer langostinos o pulpos del cielo?