Si por alguna razón se tiene que dejar de comer vegetales como lechuga, pepino u otros,sería una tarea simple para la mayoría, pero si el caso es todo lo contrario, es decir renunciar a los dulces y a las hamburguesas y patatas fritas seguro que sería realmente complicado, estos alimentos tienden a ser irresistibles.
Pero esto no se debe a un defecto en la genética o falta de voluntad, diversos estudios revelan que el causante principal de que ciertos alimentos, los que más engordan, sean más apetecibles de comer es el cerebro.
Un grupo de investigadores estadounidenses de la “Universidad de Yale” se han tomado el tiempo de estudiar cómo el cerebro responde a ciertos alimentos.
Comprobando así que aquellos alimentos que son ricos en carbohidratos y grasas tienden a activar excesivamente su centro de recompensa.
Dopamina al doble
Danna small se llama la líder que junto a su equipo de investigadores son autores del estudio publicado este 14 de junio en la revista científica “El metabolismo de la célula”. Ella junto a sus compañeros de investigación estudiaron la respuesta cerebral de unas personas que se presentaron voluntarias.
En el experimento se les mostraron imágenes de alimentos apetitosos. Las primeras imágenes eran de alimentos ricos en carbohidratos, las segundas imágenes de alimentos solo ricos en grasas y por último se le mostraban imágenes de alimentos que contenían ambos nutrientes.
Luego de esto a los voluntarios se les preguntó por qué alimento pagarían más en caso de que fuera una subasta. El resultado es que preferirían pagar mucho más por un alimento rico en carbohidratos y grasas.
En comparación con los alimentos que dominaba solo azúcar o solo carbohidratos, los investigadores observaron que los alimentos con ambos nutrientes, como por ejemplo las donas, creaban mucha más actividad en el organismo estriado del cerebro, la cual es una región implicada en la producción de la hormona dopamina, el neurotransmisor del placer.
Trampas de la comida moderna
Small considera que eso puede representar que el cerebro tiene sistemas diferentes para valorar alimentos grasos o altos en carbohidratos. Es por ello que si en el mismo momento ambos se activan, esto incita al cerebro a generar más dopamina y así lograr un mayor efecto de recompensa.
Pero eso es un efecto causado por los alimentos que comemoss ahora.
La investigadora mantiene que nuestros antepasados no se encontraban ante un el estímulo doble cuando su alimentación se basaba en animales y plantas.
El descubrimiento coincide con estudios realizados con roedores que concluyeron que estos mamíferos logran regular su consumo de calorías cuando se les proporcionan alimentos que contienen únicamente grasas o carbohidratos, pero estos se sobrealimentan y engordan cuando consumen alimentos que contienen ambos nutrientes.