Muchas personas se pierden en el camino dándole demasiada importancia a lo que no tienen, observan lo que les falta y restan importancia a lo que tienen. Otras, dan demasiado peso a lo que tienen, al punto que la medida de su éxito esta determinada por lo que han logrado acumular: bienes, dinero, propiedades, acciones, títulos, idiomas, en fin, todo aquello susceptible de ser valorado económicamente.

Muchas veces se ven obligadas a cambiar su carro, cambiarse de casa, adquirir un nuevo celular, en fin, adquirir objetos más por el valor social o el estatus que representan, antes de ser una verdadera necesidad.

Existen quienes quieren escribir un libro porque escucharon que antes de morirse hay que escribir un libro o porque se quieren sentir importantes. No quiere decir que tener ambición sea malo, pero esta debe ser una fuerza que nos empuje a mejorar cada día nuestra vida, pero jamás debe llevarnos a vivir obsesionados, pensando en lo que no tenemos, ya que ello sería una prueba de un desajuste personal que impedirá tener paz.

Todo llega cuando tiene que llegar

Las cosas que van a ser, serán. La casa llegará y el carro se cambiaría, cuando el momento sea propicio. Lo que debemos hacernos de forma permanente, son preguntas que nos ayuden a chequear el grado de bienestar personal.

Puedes preguntarte si te sientes feliz, realizado, querido, etc.

Y cuando estas preguntas son respondidas de forma afirmativa debemos sentir que vamos en el camino correcto. Este chequeo desde el ser nos da guía y nos indica que estamos bien en esencia.

Podría preguntarme si debo cambiar mi carro o buscar otro apartamento y la respuesta puede ser afirmativa. En consecuencia, debo clarificar mi propósito y establecer una estrategia que me conduzca a cumplir esa meta.

Pero aquí estamos hablando de una circunstancia, porque en ese momento tengo una necesidad determinada.

En cambio, la necesidad de realización personal, no es una circunstancia, no es temporal, es algo esencial para el ser.

Aprender a vivir la vida es atender primero, lo primero

Se arregla lo interno, el ser, aquello que es profundamente relevante para nuestra realización como seres humanos, y luego nos ocupamos de lo accesorio.

Es muy importante destacar que no se habla de necesidades básicas. Claramente una persona que no tenga que comer, debe buscar satisfacer esa necesidad primaria, encontrar la manera de satisfacer la necesidad básica no garantiza la realización plena del ser humano.