Por lo general las puertas de madera de nuestra casa se deterioran por el uso, la humedad y los golpes. Cada seis meses se deben revisar para comprobar el estado de la madera, y si está muy desgastada de una manera sencilla se puede restaurar el color y reparar la superficie dañada. Los materiales que se requieren son fáciles de conseguir y no requiere de herramientas peligrosas.

Cómo lijar una puerta de madera

Para poder restaurar una puerta de madera que está dañada en alguna parte de su superficie, lo primero que hay que hacer es quitar la puerta.

Para esto se necesita un desarmador para tornillos planos y un martillo. Con mucho cuidado se levantan los pasadores de las bisagras hasta que estén sueltos todos y que por lo general son tres.

Luego llevamos la puerta al patio o a algún sitio de la casa que no cause contaminación, le quitamos el polvo y la grasa y con una madera en forma rectangular sostenemos una lija suave y en el área dañada de la puerta empezamos a lijar de forma suave y circular. Este proceso debe hacerse con mucha paciencia ya que el objetivo no es lijar toda la puerta sino más bien donde está desgastada.

Poco a poco las imperfecciones desaparecen y la superficie que estaba dañada empieza a tener una textura lisa, lo que indica que ya está lista para la siguiente parte del proceso de restauración.

Por medidas de seguridad es recomendable usar lentes y mascarilla para el proceso de lijado ya que las partículas que se originan al lijar pueden llegar a nuestro sistema respiratorio o a nuestros ojos, igualmente es mejor usar guantes para proteger las manos.

Cómo proteger y pintar la madera

Después de que la puerta está lijada en las partes afectadas, el siguiente paso es proteger y pintar la madera.

Si el color de la puerta es natural solo necesitaremos sellador o barniz transparente, pero si la puerta tenía algún color entonces debemos comprar el sellador teñido con el color de la puerta.

El proceso de aplicación del sellador o barniz sea transparente o teñido debe hacerse al aire libre o en espacios abiertos debido a que el olor que proviene de este producto es altamente tóxico y muy fuerte.

La persona deberá usar una mascarilla para olores de pinturas tóxicas y una brocha pequeña muy suave.

Después de limpiar la superficie lijada y asegurarse de que no haya exceso de restos de partículas de madera empezamos a aplicar el sellador. Debe hacerse como cuando pintamos una pared, incluso se pueden aplicar varias capas de este sellador si es necesario. Por lo general el sellador es de secado rápido así que en poco tiempo podemos instalar de nuevo las puertas y ahora nuestra casa tendrá otra apariencia.