¿Has escuchado hablar del efecto halo? No, no tiene nada que ver con la canción de Beyoncé. El efecto halo te puede venir bien en tus entrevistas de trabajo. De hecho, muchas veces un candidato es rechazado debido a este efecto. ¿Te interesa saber por qué?
¿Qué es el efecto halo?
El efecto halo es muy conocido en la Psicología. Es demostrable porque lo vemos continuamente en nuestra vida. El psicólogo Thorndike lo acuñó en el año 1920. Fue durante sus investigaciones con el ejército. Thorndike percibió que los oficiales veían a sus superiores con un halo de características que tenían en común su semejanza con la cualidad primera que habían percibido de esos superiores.
Si la cualidad era positiva, el resto de características serían prejuzgadas como positivas; si la primera cualidad era vista como negativa, así sería con las demás.
El efecto halo es básicamente la impresión que das a partir de una de tus características. Dicho de manera sencilla, uno de los rasgos más llamativos de tu personalidad ofrecerá de ti una imagen positiva o negativa. ¿Es justo? Bueno, el poder de la imagen es bastante fuerte, sobre todo en una sociedad marcada por la tecnología de la información.
Consecuencias del efecto halo
Te ayudará a mejorar tu imagen si sabes cómo utilizarlo en tu favor. Imagina que una sonrisa tuya te abre muchas puertas. Entras en la entrevista de trabajo y eres afable, sonríes como si te hubiera tocado la lotería o te hubieras acostado con tu estrella de cine favorita.
Tus posibilidades aumentan; y es porque el efecto halo hará que tu entrevistador vea en ti la parte por el todo. Tu entrevistador pensará que todo tu ser forma parte de un ente positivo. ¿Ves ahora las posibilidades de usar esto en tu favor?
Si hubieras entrado con una sonrisa forzada, de mal humor o con aire demacrado o mal vestido o mal aseado, tus entrevistadores te verán de mala manera.
De hecho, muchos entrevistadores tienen mucho de psicólogos. No subestimes el poder de la mente.
¿Está demostrado científicamente?
Se realizaron estudios científicos en los que se mostraba a un grupo de personas distintos vídeos. Mostraban un rasgo positivo de una persona de manera evidente en un vídeo; en otro vídeo mostrado a otro grupo sólo mostraban rasgos negativos.
¿Te digo qué pensaba cada grupo con este experimento condicionado? Seguro que te lo imaginas, y tienes toda la razón si piensas que lo semejante atrae a lo semejante.
Conclusión
Cuando vayas a una entrevista de trabajo, o quieras entablar amistad o interaccionar con otras personas, ya sabes qué es y cómo utilizarlo en tu favor. ¡O en tu contra, si no quieres saber nada más de la otra persona!