Cuando se toma un medicamento falso, un placebo, y la persona que lo toma cree que es un verdadero medicamento puede llegar a sentir efectos nocebos (efectos adversos inexistentes).
Muchas veces, incluso se experimentan efectos secundarios que no sólo no la da la enfermedad que se padezca en sí misma, sino que los provocan los medicamentos placebos. Los efectos nocebo son los efectos adversos que puede provocar un medicamento placebo. Es decir, un placebo es un medicamento sin principio activo, que se usa diciendo que sirve para una enfermedad pero que no lleva nada y los efectos adversos que en teoría daría el principio activo inexistente es lo que se conoce como efecto nocebo.
Suelen darse a conocer sólo cuando el paciente va al médico y el doctor realiza análisis para saber qué tipo de drogas son las que han llevado al paciente al estado en el que se encuentra.
Desde hace algún tiempo se está tratando de averiguar cómo funcionan desde un punto de vista fisiológico tanto el efecto placebo como su opuesto, el nocebo. La prestigiosa revista científica Science ha publicado un curioso estudio sobre estos efectos nocebos.
Entre las muchas rarezas del estudio citado podemos ver que es más probable que seamos inducidos a experimentar los efectos adversos de una droga que falsamente ha sido considerada como verdadera, pero que en realidad no contiene nada, si sabemos que la medicina en cuestión es particularmente cara.
Lo cual normalmente asociamos con un efecto más fuerte. Otro aspecto erróneo que deberíamos cambiar, no porque sea más caro significa que cure más o que sea más fuerte o dañino.
Experimento
Para llevar a cabo el experimento un grupo de científicos de varias nacionalidades hizo que cincuenta voluntarios probaran una nueva crema contra la picazón que causa la dermatitis atópica.
El producto que les dieron no contenía ninguna sustancia para esta indicación. A todos los participantes se les dijo que la pomada era muy eficaz contra el picor, pero que podría dar una reacción negativa aumentando la sensibilidad al dolor.
A la mitad del grupo se les presentó este fármaco como un producto muy caro y la caja que lo contenía parecía contener un producto de lujo y de diseño.
A la otra mitad del grupo se les dio el producto como si fuese un producto muy barato. El resultado es que la gente piensa que si es más caro es más fuerte. El efecto placebo parece estar relacionado con la producción de dopamina.
Luego los investigadores sometieron a los voluntarios a una prueba típica para medir la resistencia al dolor, y lo que hicieron es calentar un punto de la piel por debajo del umbral donde se siente el dolor. Y aquí llegó la sorpresa del estudio, los participantes de la "crema cara" reportaban que sentían mucho dolor antes que los que usaron la supuesta "crema barata". Es decir, que sólo por el hecho de pensar que estaban usando una crema cara hacía que sintieran más dolor que los de la crema barata, siendo la misma crema en ambos casos.
Para entender porqué se daba esta respuesta se les hizo a los participantes del experimento, una prueba de resonancia magnética que permite observar simultáneamente tanto el cerebro como la médula espinal. Así se pudieron identificar algunas regiones de la médula espinal que se activan de manera específica cuando los voluntarios de la "querida crema", informaban sobre la sensación de dolor.
En estos casos se observó la activación específica de determinadas zonas, sobre todo en la corteza prefrontal. Otros estudios han demostrado efectos similares: por ejemplo, en otro estudio se les pedía a las personas que avisaran sobre si sentían mucho o poco dolor. A aquellas personas a las que se les decía que se les suspendía el tratamiento con analgésicos (contra el dolor), sentían más dolor que los que suspendían el tratamiento sin que se les hubiera avisado.
Es decir, que aquellos que eran conscientes que no tomaban analgésicos sentían más dolor que los que creían que aún seguían tomándolos cuando en realidad ya no seguían el tratamiento.
En los ensayos clínicos aleatorios controlados con placebo, los pacientes que reciben placebos suelen presentar efectos secundarios (nocebos) similares a los experimentados por los pacientes que reciben el tratamiento en investigación.