Miquel Porta, catedrático de salud pública del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas y la Universidad Autónoma de Barcelona, trabaja para concienciar sobre la necesidad de una alimentación saludable.
Hace tiempo que trabaja con los contaminantes persistentes en el organismo, y asegura que hay muchas pruebas científicas sobre lo que contienen los alimentos convencionales. Hay contaminantes, como los plaguicidas, que se excretan, pero que antes de ser eliminados pasan por todo nuestro organismo. Los otros son los persistentes, que son las grasas que se pegan a nuestros grasas.
Y el tercero es el bisfenol A, que entra en nuestro cuerpo a través del plástico con el que se envuelven los alimentos.
Relación de los alimentos y el cáncer
La principal causa de los tumores es de motivo ambiental, que quiere decir que tiene que ver con lo que comemos, bebemos y respiramos. Por eso el cáncer tiene índices actuales de enfermos tan elevados. Ahora bien, los conocimientos son incómodos y, a pesar de que lo sabemos, no hacemos una prevención adecuada. Deberíamos estar actuando enérgicamente.
El principal problema es que son más caros que los alimentos convencionales. Se debería tratar de estudiar cómo se puede conseguir que la agricultura y la ganadería ecológicas no creen desigualdades sociales.
Seguro que se pueden encontrar redes de distribución o economías de escala para ayudar a abaratar los precios. Las grandes superficies están probando también los alimentos ecológicos. Si hay demanda, comenzarán a bajar los precios.
Nubes tóxicas en Europa
Hay nubes tóxicas en Europa que descargan en forma de lluvia y que contaminan los campos ecológicos, pero no por ello debemos dejar de hacer agricultura ecológica, ni dejar de comer.
La incidencia de una nube que descargue con polvo del Sáhara y que esté formado con contaminantes de nuestro continente es mínima.
Hace más de 25 años que se sabe que los nitritos, los nitratos y los derivados son cancerígenos. No están en la categoría más alta, según la OMS, que es uno de los organismos que lo indica. Entonces, cuando comemos, los nitritos y los nitratos reaccionan con otras sustancias y crean los compuestos nitrógenos, que son los posibles cancerígenos.
Ambos compuestos se encuentran en la carne curada, como los embutidos. Pero también es cierto que se debería comer mucho embutido con nitritos y nitratos para que se formen los componentes cancerígenos en nuestro cuerpo.
Es lo que se llama "una exposición continuada". Esto significa que si tú comes en el desayuno con el bocadillo de la mañana pero luego haces una dieta muy equilibrada porque comes mucha fruta y verdura frescas, el riesgo no será tan significativo. La recomendación es no comer embutido cada día. Y, si lo haces, compensa esto con el resto de comidas.
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