Desmontada la profecía del 23 de Septiembre. Ni la Tierra colisionara con el Planeta X o Nibiru en septiembre ni el eclipse de sol del 21 de agosto fue un indicio del Apocalipsis. La NASA ha desmentido estas profecías auspiciadas por los aficionados a la astronomía y a la numerología bíblica. Hay que sumar a las consideraciones científicas de la NASA un simple gesto al alcance de todos para comprobar que tras 'googlear' las expresiones 'fin del mundo' o 'Apocalipsis' aparecen, de forma recurrente, los mismos contenidos o similares año tras año.

La NASA confirma sus aseveraciones con datos objetivos y pruebas empíricas que desmienten las noticias sobre el fin del mundo que han inundado Internet este verano. De hecho esta institución aclara que la idea de la colisión con Nibiru, un supuesto planeta descubierto por los sumerios, fue una predicción para mayo de 2003, pero cuando no sucedió nada, la fecha del juicio final se trasladó a diciembre de 2012 y se vinculó al final de uno de los ciclos del antiguo calendario maya en el solsticio de invierno de 2012 que databa el acontecimiento fatídico para el 21 de diciembre de 2012. La teoría, de nuevo, viaja en el tiempo a septiembre de 2017 y sigue siendo inconsistente. Por tanto, hay que seguir haciendo planes.

La vida sigue.

Nibiru

Respecto al planeta Nibiru y otras historias sobre planetas rebeldes, la NASA señala que "son un engaño de Internet". "No existen fundamentos fácticos para estas afirmaciones", precisa esta organización. "Si Nibiru o el Planeta X fueran reales y se dirigieran a un encuentro con la Tierra, los astrónomos lo estarían siguiendo por lo menos durante la última década, y ahora sería visible a simple vista.

Obviamente, no existe", sentencia la NASA.

Por otra parte, la NASA sostiene que no hay evidencias que justifiquen la idea de pensar en "alineaciones planetarias en las próximas décadas". Esta organización confirma que "si estas alineaciones tuvieran lugar, sus efectos sobre la Tierra serían insignificantes". En este sentido, se citan ejemplos de alineación de planetas que se han producido en el pasado sin tener ninguna consecuencia.

"Una alineación importante ocurrió en 1962, por ejemplo, y otras dos ocurrieron durante 1982 y 2000". Asimismo, desde esta entidad se recuerda que cada mes de diciembre la Tierra y el Sol se alinean "con el centro aproximado de la Vía Láctea" y también "evento anual no tiene ninguna consecuencia para la vida en la Tierra".