Los dos afectados eran sendos enfermeros adscritos al sistema de sanidad británico con alergias previas graves y con ello de los primeros colectivos, junto a ancianos y personas de riesgo, que tendrían acceso a la vacuna de Pfizer contra la COVID-19. Al poco de inyectarles su dosis de vacunación empezaron a desarrollar una fuerte reacción alérgica en forma de shock anafiláctico.

Afortunadamente las autoridades sanitarias reaccionaron con rapidez y suministraron a los afectados un tratamiento con inmunosupresores que los estabilizó rápidamente y evitó que la crisis empeorase.

Ambos pacientes estaban evolucionando bien y la reacción alérgica parece haberse superado, pero este incidente ha forzado a la sanidad británica a desaconsejar la vacunación de personal con historial de reacciones alérgicas al suministro de vacunas.

Primer incidente rápidamente controlado

La campaña de vacunación masiva en el Reino Unido contra la COVID-19 se inició el pasado martes 8 de diciembre con la administración de la vacuna desarrollada por Pfizer a la anciana de 90 años Margaret Keenan, la inmunizada 0. El entusiasmo que esta campaña despertó fue mundial, pues supone el primer paso para eliminar el Coronavirus y fue recibido con euforia en Gran Bretaña y gran esperanza en el resto del mundo pues supondría un salto de gigante en la erradicación de la pandemia.

Tanto es así que el día de inicio de las vacunaciones fue denominado como V-DAY, por "Vacunation Day", pero históricamente en el Reino Unido el V-DAY siempre ha sido el día de la victoria en la Segunda Guerra Mundial y que es celebrado con una fiesta nacional, la analogía que se esperaba era evidente en este campo.

Poco ha durado esta euforia pues la noticia de que dos enfermeros vacunados han experimentado reacción ante la vacuna ha caído como un mazazo pues ha despertado a multitud de voces agoreras que argumentaban ideas como: que la vacunación era prematura, que las vacunas no están bien desarrolladas, que el remedio iba a ser peor que la enfermedad o que no se garantizaba la protección contra el virus.

Un riesgo calculado pese al alarmismo

La Junta Directiva de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) ha precisado, ante la petición de las autoridades británicas de evitar la vacuna de Pfizer en pacientes con historial alérgico grave, que "no se puede generalizar la evitación la administración de la vacuna a todos los que han tenido una reacción a fármacos y/o alimentos".

Con todo y sin caer en el pesimismo ni el alarmismo, las autoridades sanitarias han llamado a la calma pues dentro de un programa de vacunaciones las reacciones alérgicas de una minoría de pacientes inoculados entra dentro de lo normal y lo previsible e incluso de lo inevitable.

A la postre una vacuna no es más que la inoculación de una enfermedad muy debilitada a un individuo sano, para que este desarrolle sus propias defensas naturales que lo hagan invulnerable al bacilo propiamente dicho y se consiga de este modo la inmunidad al mismo.

Por ello es de esperar una respuesta orgánica del cuerpo del vacunado a la misma vacuna, reacción, que la más de las veces no suele pasar de un malestar pasajero, desarrollo en forma leve de la enfermedad o reacción alérgica al producto como ha sido el caso de ambos enfermeros a los que les fue suministrado el inmunizador.

Un fenómeno este que ocurre y sigue ocurriendo incluso con vacunas ya testadas y suministradas desde hace décadas, toda persona puede desarrollar un cuadro de reacción al serle suministrado el medicamento y este es un riesgo plenamente asumible.

Un cuadro de síntomas que aparece en cualquier campaña de vacunación sea cual sea la enfermedad y que en la práctica totalidad de ocasiones es superado por el paciente, pero que en una pandemia de las circunstancias que estamos padeciendo hace despertar fantasmas y miedos a que los esfuerzos por erradicar este mal hayan resultado estériles aunque contratiempos de esta clase sean considerados "inevitables".

Campaña de vacunación con precauciones

Este incidente inicial no va a parar la campaña de vacunación en dos dosis empezada con la vacuna de Pfizer en el Reino Unido, las vacunaciones continuarán y los primeros inoculados recibirán la segunda dosis respectiva a la tercera semana de la primera inyección.

Aunque buscando curarse en salud y más para evitar la alarma el Ministerio de Sanidad Británico, NHS, ya ha emitido una orden a su red hospitalaria en que se dice que toda persona con historial de reacciones alérgicas a medicamentos, vacunos o alimentos concretos no debe por el momento recibir la vacuna y los hospitales debe tener preparados sus equipos de reanimación por si algún tipo de reacción tiene lugar al recibir la inmunización.

Es preciso recordar que ambos enfermeros afectados padecían este historial de reacciones alérgicasgraves y usaban sus propios inyectores de adrenalina cuando eventualmente sufrían una reacción alérgica a alimentos y medicamentos.

Es en esta "normalidad" de reacciones puntuales a una vacunación en que el mundo basa sus esperanzas que las vacunas contra el COVID-19 sean eficaces y que se haya dado el primer paso para erradicar el coronavirus de nuestras vidas.