Algo tan simple como cepillarse los dientes está asociado científicamente con la enfermedad del Alzheimer. Varios estudios han coincidido en que las Porphyromonas Gingivalis (PG), las bacterias asociadas con la proliferación de enfermedades en las encías, son un factor importante relacionado con la descomposición del cerebro que puede derivar en Alzheimer.

Pérdida de dientes

En 2010, un estudio publicado en la Revista de Sociedad Americana de Geriatría (JAGS por sus siglas en inglés), ya relacionaba entonces la pérdida de piezas dentales con una deficiente función cognitiva en pacientes de edad avanzada. En la actualidad, tras experimentos llevados a cabo con ratones se provocaron infecciones orales con el patógeno PG. Estas bacterias llegaron al cerebro produciendo el péptido beta amiloide, relacionado con el Alzheimer. Los científicos aseguran que no se ha descubierto el origen de esta enfermedad degenerativa, pero garantizan que seguir esta línea de investigación puede dar muy buenos resultados.

Los análisis realizados por los investigadores, y publicados en la revista Science Advances, han considerado que "la infección por PG actúa en la patogénesis de la enfermedad de Alzheimer a través de la secreción de gingipains (enzimas encargadas de la descomposición de proteínas) para promover el daño neuronal". Estas enzimas tóxicas fueron encontradas en el cerebro de pacientes diagnosticados con la enfermedad, pero también en personas fallecidas que no fueron identificadas con la misma.

Disbiosis oral

El patógeno PG y el Alzheimer se han visto relacionados en diversos estudios sin saber si la enfermedad de las encías era provocada por la demencia o si era esta demencia la que conllevaba a un cuidado bucal escaso.

Por este motivo, el hecho de encontrar gingipains en personas que nunca fueron diagnosticadas sugieren que podrían haber gestado la enfermedad si hubieran vivido más tiempo.

Esta nueva vía de investigación pone al descubierto que cuidar los dientes es clave para evitar el desarrollo de enfermedades bucales como la periodontitis, la cual crea disbiosis oral (el desequilibrio de la microbiota -las comunidades bacterianas alojadas en distintas partes del cuerpo-), previniendo así que la PG deteriore el cerebro. El estudio completo, realizado por Stephen S. Dominy, Casey Lynch y Alexander Lee, entre otros autores, puede encontrarse en la revista Science Advances con el código DOI: 10.1126 / sciadv.aau3333 bajo el título <<Porphyromonas gingivalis in Alzheimer’s disease brains: Evidence for disease causation and treatment with small-molecule inhibitors>>.