Lo había adelantado el famoso egiptólogo Zahi Hawass en su momento: las hipótesis de Reeves no pasaban de meras hipótesis y, a mayores, resultaban estúpidas. Ahora, se confirma. Y la noticia viene de la mano del Ministerio de Antigüedades de Egipto, ni más ni menos. Así que, por lo pronto, seguiremos sin saber de la tumba de Nefertiti.

Un asunto claro para Hawass

En 2016, en una entrevista para el diario El Mundo, Zahi Hawass era rotundo en sus declaraciones, llegando a afirmar que lo del escaneado de la tumba de Tutankamon era “una sandez”, que las teorías de Reeves no pasaban de unas declaraciones llamativas sin pies ni cabeza y que el propio Ministerio egipcio se dedicaba alegremente a dar ruedas de prensa en vez de preocuparse por investigaciones serias y rigurosas.

Zahi lo tenía claro: allí no había nada y era completamente imposible que la tumba de Nefertiti estuviese en el Valle de los Reyes. Ponía sobre la mesa un dato claro e interesante. Si ella era adoradora de Atón y había apoyado las reformas de su marido, el “faraón hereje” Akenaton, lo normal era que su tumba siguiese los pasos de la de su marido. Es decir, la búsqueda de su morada mortuoria debía seguir en Amarna. Aunque de momento no hay indicios sobre su tumba ni su destino final, una vez que su esposo murió y se restauró la religión antigua, llegando a borrarse su memoria de todos los documentos y monumentos posibles.

Hawass, que, además de egiptólogo y guardián de los monumentos, fue Ministro de Antigüedades, afirmaba por entonces que la tumba de Tutankamon no contemplaba el paso a nuevos enterramientos ni disponía de puertas camufladas a otras estancias.

Hasta denigraba la técnica y el uso del radar en este caso. Por encima de todo, dejaba a Reeves y sus actuaciones arqueológicas a la altura del betún, pues le conocía y hasta se jactaba de haberle parado los pies y tenerle prohibidas nuevas excavaciones.

Una declaración oficial que zanja la cuestión

Lo que entonces afirmó Hawass ha sido ahora refrendado por el gobierno egipcio: no hay huecos ni estancias conectadas a la tumba de Tutankamon.

Tres escaneos diferentes de la estancia han llevado a una declaración gubernamental que cierra las puertas a nuevas hipótesis acerca de nuevos descubrimientos tras el suelo y los muros de la tumba del “niño rey”.

Las polémicas se han venido sucediendo debido a los resultados contradictorios de los dos primeros escaneados de la sepultura y sus alrededores.