El espacio es una sucesión de telones, donde la obra parece entretejerse más allá de la comprensión humana. El espacio se despliega a veces caprichoso, para dejarnos vislumbrar algunos ecos de su existencia. La compañía que intentamos afirmar, y el comportamiento aun impredecible de un universo que está en constante expansión, no deja de sorprendernos.
Marte el planeta más estudiado – por su cercanía al nuestro – y puede darnos un panorama más amplio, acerca de lo recóndito que subyace en su enigmática composición. El sábado pasado la sonda espacial – Mars Insight – ha despegado de la base Vanderberg – California EE.UU – con el fin de desvelar algunos enigmas que permanecen ocultos en lo profundo de la superficie del planeta rojo.
Señales significativas de la sonda actuarán como un repetidor de comunicación
El dispositivo Insight, atravesará 485 millones de kilómetros. Su fecha de llegada está programada para el mes de noviembre. La sonda no partirá sola ya que irá acompañada de dos minisatélites, los cuales rondarán el planeta a unos 3.500 kilómetros, en el momento que la Mars Insght comience a descender, en la zona llana designada como Elyssium Planitia.
Luego de establecer su permanencia en la superficie de Marte, la sonda Mars InSight demorará algunos meses para poner en funcionamiento los instrumentos de medición como el sismómetro y sonda de calor, que a su vez taladrará el suelo a una profundidad de poco más de cinco metros.
Instrumentos de alta precisión para ampliar el estudio del planeta rojo
Los objetivos de dicha misión han costado US$ 814 millones. La actividad sísmica, es algo que hasta ahora no se ha logrado determinar. En los años 70, la NASA se aventuró a conseguir cierta información – sondas Vikingo – sin embargo no fue posible recabar datos concretos sobre el movimiento sísmico.
De igual forma Rusia, pretendió incursionar en el mismo estudio, pero la misión se vio frustrada por el mal funcionamiento del cohete en 1996. Por el momento no se ha manifestado un temblor en el planeta, pero los científicos sospechan que si hay presencia de movimiento.
Otros de los propósitos de la misión, son las mediciones de la gravedad, sobre estas se podrá reconstruir una imagen tridimensional del interior, para definir el espesor de la corteza marciana.
La temperatura del suelo, se calculara con sensores de calor, que irán incrustados a una profundidad considerable. Igualmente las mediciones elaboradas servirán para analizar como fluye el calor a través del territorio marciano. Uno de los experimentos clave en esta investigación, radicará en la medición del tamaño del núcleo. Para esta tarea se hará uso de una antena de radio, con ubicación en la Tierra. En la actualidad se estima que el diámetro del núcleo es de 3.500 kilómetros