Un equipo de científicos de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas, en colaboración con el Instituto Wyss, de la Universidad de Harvard, e investigadores de otras universidades como la de Stanford, están trabajando en la creación de un ejército de micro-robots cuya misión sería salvar nuestro planeta del previsible colapso al que lo está abocando nuestro estilo de vida condicionado por un feroz consumismo que esquilma los recursos naturales y degrada el medio ambiente de forma irremisible.
Micro-robots como legionarios romanos
Según el profesor Robert Wood, que lidera el equipo de investigadores de Harvard, la pieza básica de ese ejército, que vendría a ser como los legendarios legionarios romanos, es el Hamr –Harvard Ambulatory Microrrobot-, cuya apariencia y prestaciones recuerdan a la cucaracha por su tamaño y vivacidad de movimiento y a la hormiga por su fuerza.
El Hamr tendría como apoyo aéreo al versátil Robobee, inspirado en las abejas, un dispositivo veloz y versátil capaz de volar a gran rapidez y altura, esquivando obstáculos, y además desenvolverse en cualquier medio líquido, nadando o buceando con rapidez, o avanzar con seguridad en las más diversas superficies sólidas.
Los científicos de Stanford han aportado su propio “soldado” a ese ejército de micro-robots llamado a salvar el planeta Tierra, llamado Microtug. Se trata de un prototipo de altas prestaciones, desarrollado por el laboratorio de Biomimética y Destreza bajo el auspicio de los científicos David Christensen y Elliot Hawkes.
La principal característica del Midrotug es sin duda la fuerza, pues este micro-robot del tamaño de una hormiga tiene la capacidad de soportar cargas dos mil veces más pesadas que su propio cuerpo.
Sólo la Inteligencia Artificial puede salvarnos de nosotros mismos...
En este esfuerzo común por salvar el planeta Tierra del holocausto al que lo abocan el Cambio Climático y la irreversible degradación de la naturaleza, un esfuerzo que implica a prestigiosas universidades de todo el mundo, cabe destacar también la aportación común de la universidad británica de Lincoln y la universidad Tsinghua de China, que han aunado sus esfuerzos para crear el soldado de retaguardia en este ejército, un dispositivo desarrollado con el propósito de trabajar en equipo y de forma coordenada con los micro-robots mencionados anteriormente, es decir, con una capacidad altamente adaptativa y colaborativa y con unas prestaciones caracterizadas por la versatilidad en su movilidad y capacidades.
Según sus responsables, el trabajo en equipo de este nuevo ingenio mecánico dotado de Inteligencia Artificial está inspirado en los hormigueros, colmenas y termiteros, y su efectividad en el campo de batalla es realmente asombrosa.
En cuanto a las funciones de este ejército de salvación, que presumiblemente iniciará en breve sus primeras operaciones, abarcarán una amplia gama de actividades, unas de protección y prevención, otras de detección y otras punitivas, abiertamente beligerantes hacia las personas que atenten contra el medio natural.