La siempre controversial y sorprendente República China parece haber encontrado la solución más eficaz a la desertización de los suelos y está implementando una estrategia progresiva de recuperación de sus tierras para volverlas de nuevo, fértiles. El territorio de China cuenta con más de 2,6 millones de kilómetros cuadrados de desierto y arenales. Y la quema y el pastoreo excesivo han empeorado la situación en las últimas décadas.

La extenuación de las tierras de labranza y la tala, también han propiciado el deterioro progresivo y la erosión, como sucede alternativamente en otras zonas del planeta.

La vegetación escasea y el clima se vuelve más seco. Esto, como ya se sabe, influye inevitablemente en la producción de alimentos y en la calidad de los mismos.

Las medidas del gobierno chino

Desde 1940 los gobiernos locales de las provincias afectadas por la erosión del territorio y la desertización progresiva, comenzaron un plan de Reforestación a gran escala en sus respectivos terrenos, con el propósito de paliar el proceso de aridez y el bajo rendimiento de la producción agrícola. No obstante, los resultados no fueron los que se esperaban.

Algunas aldeas han llegado a sufrir un verdadero desgaste prácticamente irreversible, debido a la deforestación y el abuso del pastoreo. En 1992 se vallaron las laderas y se prohibió el pastoreo extensivo, y las autoridades hicieron plantar y reforestar la zona con árboles frutales.

Todas las provincias afectadas implementaron las medidas de prohibición y reforestación progresivamente.

En el año 2000 el gobierno central ofreció ayuda económica y recursos técnicos para facilitar la reforestación de las zonas afectadas. Se proporcionaron subsidios y ayudas monetarias a los granjeros, 50 yuanes por cada 200kg de granos; unos 8 dólares, aproximadamente.

También se otorgaron subvenciones por los terrenos, unos 160 yuanes para cada propietario de tierra.

El milagro del desierto de Gobi

Los resultados del programa de reverdecimiento de los territorios desérticos de China arrojaron impresionantes resultados. El ingreso per cápita se disparó de 500 a 8 mil yuanes, en menos de 10 años, por el comercio de fruta y madera.

Se han recuperado más de 400 mil hectáreas en riesgo de desertización que se han convertido en áreas verdes y fértiles bosques. Qihentang una de las provincias más afectadas, se ha recuperado en un 80% de su territorio, con árboles frutales y praderas reverdecidas.

El presupuesto anual del gobierno chino para el programa de recuperación y reverdecimiento de la tierra La Gran Muralla Verde cuenta con un feudo de 5 mil millones de dólares y un buró de 19 ministros involucrados en la política de recuperación de tierras desérticas en China. Xu Qing subdirector general del programa, se ha propuesto la meta de reverdecer la mitad de los terrenos recuperables para el año 2020 y el resto, para 2050.

En total unos 530 mil kilómetros.

La Gran Muralla Verde ha sido el proyecto de reforestación de zonas desérticas más ambicioso de la historia y China lo abordó con éxito, en 2009. hasta la fecha se han replantado más de 500 mil kilómetros cuadrados.

Con esta firme y exitosa iniciativa, China se ha puesto a la vanguardia de las políticas internacionales para la recuperación de los terrenos desertizados, abanderado en las tecnologías de construcción ecológica.