Todos sabemos lo que es un beso, ese acto cariñoso o amoroso que realizamos con aquellas personas de nuestro afecto con el objetivo de mostrar estos sentimientos o con el fin de incrementar el deseo sexual. Un acto común actualmente en el 90% de las culturas del mundo y que es fácil de ver solo saliendo a la calle. Este gesto hermoso trae consigo algún que otro hecho más significativo si de Microbiología hablamos, pues cuando pasamos nuestro amor también se transmite parte de nuestra microbiota bucal.

¿Por qué nos besamos?

La teoría más probable de por qué nos besamos se remonta a nuestros ancestros primates, se dice que se hacía para pasar comida de uno a otro, un símbolo de supervivencia con aquel que deseabas que viviera o para la supervivencia de una especie.

Así pues es normal que a la hora de encontrar pareja para la reproducción se eligiera a aquel individuo con buena capacidad para esta transferencia alimenticia.

Este hecho ha ido transformándose durante la evolución, ya no es solo un gesto para preservar la vida, sino que ahora es un gesto social y cultural que nos encontramos sobre todo en parejas. El beso actualmente se relaciona con el cortejo romántico o la expresión de cariño y es algo que nos ayuda a buscar un buen compañero, nos permite enviar señales químicas y, en algunos casos, con el objetivo final de llegar a la procreación.

Bien, el hecho de besarnos se ha estudiado que facilita el intercambio de ciertas sustancias químicas como se ha mencionado, entre ellas las feromonas.

Estas señales químicas permiten a nuestro organismo procesar una información sobre la persona que tenemos delante que, aunque no seamos conscientes, nos está ayudando a saber si es un buen compañero o no.

Aunque nuestra parte del cerebro encargada de responder a este tipo de estímulos no esta especialmente activa, sino que es más vestigial, se ha comprobado que si que respondemos a señales químicas.

Por ejemplo Clauss Wedekin realizó un experimento en el que varias mujeres debían oler camisetas usadas por hombres y elegir cual le parecía que olía mejor. El resultado fue que las mujeres elegían la camiseta usada por el hombre que mayor compatibilidad inmunológica tenía con ellas.

Otros Intercambios durante los besos

Aunque el objetivo de los Besos sea el mencionado arriba, en ocasiones transferimos algunas cosas que no deseamos, inocuas o no.

Bacterias y virus pueden pasar de un individuo a otro con tan solo un beso, e ir acumulándose con el tiempo y la continua realización de este acto.

El principal y más conocido virus que se transmite por los besos es el Herpes labial. Esta enfermedad es para toda la vida, no tiene cura, y posee dos fases, en unas está latente y en otras actúa generando las calenturas o heridas de la boca. Algunas personas jamás presentarán síntomas y otros pasan por fases especialmente dolorosas. Un solo beso basta para contagiar esta enfermedad.

Otra enfermedad común, vírica y asociada a los besos es la llamada mononucleosis. Esta afección se transmite por la saliva de gente infectada a gente sana. Aunque sea dura y con unos síntomas más o menos severos la enfermedad se termina al cabo de unas semanas, aunque te puede dejar agotado durante meses posteriores a la enfermedad.

Finalmente cada vez que nos besamos transmitimos bacterias que habitan en nuestra boca. Un beso de diez segundos produce un intercambio de ochenta millones de bacterias que pasan de un amante a otro. Estos microorganismos, a diferencia de los mentados antes, son beneficiosos para nuestra salud pues muchas bacterias nos ayudan a cumplir nuestras necesidades vitales o nos las hacen más sencillas.

En la boca tenemos más de 700 bacterias distintas que influyen en nuestra salud, por ejemplo evitan que se instalen bacterias realmente peligrosas. Se sabe que personas que se besan aproximadamente nueve veces al día poseen una población bacteriana bucal casi idéntica. Esto quiere decir que si uno de los dos miembros de la pareja está tomando por ejemplo algún probiótico es muy probable que el otro miembro acabe adquiriendo también estas bacterias.

Obviamente para que todo esto suceda debe haber un intercambio de saliva durante los besos.

Estos son unos pocos de los misterios y las transmisiones alrededor de los besos, pero quedan algunos sin contar y muchos otros sin descubrir.