Los avances y descubrimientos de la Ciencia en la mayoría de los casos han ocurrido por la curiosidad humana. La pregunta elaborada a partir de la duda, nos ayuda a formular cuestionamientos que son explicados en detalle y que superan las barreras de la ficción porque es comprobable y contrastable con la realidad. ¡Lo podemos observar! Por eso existe, por ello es real.
La ciencia
Las encomiendas científicas por tradición se apegan a un paradigma teórico que les guía; la curiosidad que mencionamos al inicio se contrasta con la observación, descripción y sistematización de datos que son elaborados en categorías y maneras de conceptualizar la realidad que está frente a nosotros.
A partir de ese paradigma la ciencia recurre a un tipo de descripción que satisfaga en totalidad los requerimientos angustiantes de esa duda parten de lo general, hasta llegar a lo específico. En este post nosotros aplicaremos la misma lógica respondiendo a una pregunta que seguro es de su interés: ¿Cómo es un cabello microscópico?
Si con anterioridad has leído sobre biología humana, sabrás que el cuerpo está compuesto de millones de células, las células conforma tejidos, los tejidos órganos y así sucesivamente (¿entienden la lógica?) hasta conformar el cuerpo humano. En el caso del cabello, su composición esta adscrita a esta misma explicación, sin embargo nosotros no explicaremos en profundidad los niveles celulares del cabello –que podrían entrar a un nivel microscópico también- sino que describiremos la composición del mismo hasta las glándulas alojadas en la epidermis.
Anatomía del cabello humano
Comencemos por el principio. En un primer nivel general, de forma visible nos encontremos con el cabello propiamente dicho. En la medicina, los expertos se refieren a este como folículo piloso. Este folículo está revestido por membranas que se presentan de forma cilíndrica en lo interno y en lo externo del folículo piloso.
El revestimiento externo cubre la parte interna del cabello con una serie de membranas celulares y el revestimiento interno se va enroscando poco a poco hasta llegar a tener contacto con el tallo. Desde una perspectiva celular las membranas externas reconocen tres subdivisiones: La capa Henle, Huxley, y la cutícula de revestimiento.
A lo mejor este último término te ha sonado familiar o lo has escuchado en las peluquerías porque superposición cilíndrica, el cabello se va enroscando en capas –cómo tejas- desde la parte interna hasta llegar a un revestimiento membranoso que puede ser detallado con la vista humana. Estos revestimientos están conectados a un tallo, -como el de un árbol- que está compuesto por diferentes partes: La cutícula, la corteza y la médula.
El tallo del cabello se conecta al bulbo piloso que es una glándula que hace de mediador entre el folículo piloso y la epidermis; en esta última se gestan todas las síntesis químicas relacionadas con el cabello y es una de las zonas de mayor estudio dentro del campo de la cosmética pues todos los productos para la salud capilar son elaborados pensando en la reacción directa de esta glándula.
Podríamos resumir entonces que: La epidermis se conecta con el bulbo piloso, este hace de puente entre la epidermis y el folículo piloso que a su vez está conformado en principio por un tallo –con todas sus especificaciones- y una serie de membranas cilíndricas internas y externas –con sus subdivisiones- que se unen a este tallo para conformar todo el folículo piloso que vulgarmente conocemos como: cabello.
¡Que grandiosa es la ciencia! pues nos permite entender, por niveles, con categorías y conceptos la realidad humana a diferentes escalas; en este caso una perspectiva microscópica, desde lo general a lo específico.