El ingeniero Javier Llorca, que pertenece al Opus Dei, utiliza su posición para organizar charlas para hablar contra el divorcio y contra el aborto, en vez de hablar de ciencia. Este Instituto (IMDEA) recibe dinero público para fomentar la investigación de calidad y la transferencia de tecnología al mundo de la industria. En total, en este centro ubicado en Getafe, hay 130 científicos de 17 países diferentes. Pues bien, Javier Llorca, ingeniero de caminos, ha levantado ampollas. Miembro numerario del Opus Dei y viviendo vida en celibato (algo que siempre ha quedado en un segundo plano, si no fuera por lo de las charlas y la segregación por géneros) pertenece a la clase alta de la élite científica de España y ha recibido 2,5 millones de euros del programa Advanced Grant del Consejo Europeo de Investigación para estudiar aleaciones metálicas en estructuras reales, tanto en aviones como de coches.

Un escándalo en mayúscula en el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Materiales

Antes del escándalo, sería para quitarse el sombrero por su trabajo, su constancia e inteligencia. Pues bien, las críticas empezaron cuando se hizo publico que en el e-mail que envía, a otros compañeros, para invitarles a sus charlas, deja claro que sólo están invitados varones casados.

Y, en vez de hablar de ciencia, se habla sobre los valores éticos y morales, sobre la imposibilidad de llevar a cabo el divorcio (ya que el matrimonio es un matrimonio con Dios) entre otras cosas... dentro de sus instalaciones de trabajo. Llorca nunca ha ocultado que organiza este tipo de charlas, en las que trata temas tan controvertidos como la figura de Jesucristo, la espiritualidad o la existencia de Dios.

Además, si reconoce que hace una selección entre las personas que elige para asistir a sus charlas: según él, sólo asisten las personas más preparadas.

El 40% de los miembros del Instituto son mujeres

Algunos de los científicos que han asistido a sus charlas, reconoce que la mayor parte de los asistentes van para quedar bien y, también, que muchos de sus compañeros se sentían molestos por los temas tratados en las mismas.

Por ejemplo, una de sus últimas ponencias recibió el título de "Cómo evangelizar en el trabajo. Compromiso, testimonio y ejemplo" y se celebró en el IESE, escuela de dirección de empresas de la Universidad de Navarra. No asistieron mujeres, ya que, su presencia estaba completamente vetada.

Además, a los científicos más jóvenes siempre intenta convencerles de que tengan hijos y que la psicología del hombre y de la mujer es completamente diferente. El IMDEA materiales posee un presupuesto anual de 8 millones de euros. Y, ¿realmente es útil gastárselos en este tipo de actividades?