Estamos ante una noticia que, por un lado, suena a broma y, por otro lado, demuestra en qué tipo de sociedad vivimos.
Arabia Saudí, uno de los países más machistas que existen en todo el mundo; un país que se caracteriza por la misoginia que fue instaurada por el reino que lo gobierno; va a ser parte de la Comisión de la ONU sobre la Condición de la Mujer. No puede ser verdad; pero, por desgracia, lo es.
Un país que se caracteriza por sus extremas limitaciones, tanto legales como sociales, a las mujeres, va a formar parte del órgano intergubernamental dentro del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, que se encarga -de manera exclusiva- de la promoción de la brecha de género y del empoderamiento de la mujer, durante el período 2018-2022.
Y, claro, las reacciones por parte de los grupos feministas ya han surgido.
No debemos olvidarnos de que, en Arabia Saudí, hay una ley extremadamente conservadora, con una política oficial de segregación sexual radical (un hombre y una mujer, si no son familia, no puede ir caminando juntos por la calle); la mujer tiene completamente prohibido conducir, por el simple hecho de ser mujer; y, a lo largo de toda su vida, tendrá que estar bajo la tutela de un hombre.
Además, dentro del informe sobre la brecha de género, realizado por el Foro Económico Mundial, Arabia Saudí está en el puesto 141 de 144 (sólo tiene por detrás los siguientes países: Yemen, Siria o Pakistán).
Muchos activistas dicen que el mensaje que se ha lanzado al resto de países es: da igual si trataís mal a las mujeres, si las pisoteaís o las maltrataís, si teneís petrodólares, sereís bienvenidos a nuestro club social.
De manera oficial -aunque, a nivel práctico no está sucediendo-, Arabia Saudí está en medio de un proceso de modernización económica,en el que se va a garantizar un mayor papel de la mujer en la sociedad. Pero, los expertos se muestran muy escépticos, ante esto. Por ejemplo, el pasado mes de marzo se creó el Consejo para niñas del país.
¿Cuántas mujeres había? Cero. Ni siquiera estaban presentes, ya que las mujeres y los hombres no pueden estar en la misma habitación, si no son de la misma familia. Y, ¿cuántos hombres?13.
Y, el Día de la Mujer Saudí, su portavoz fue un hombre. Todo muy normal.
La mayor parte de las organizaciones que luchan, cada día, por los derechos de las mujeres y las niñas ven una verdadera ofensa tener que compartir mesa con los representantes de un país (serán hombres, no otras mujeres) que no respeta ni el hecho de que las mujeres son ciudadanos individuales, con derechos, pensamientos e intereses.